La madura me la pone dura
Fecha: 08/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... una mano, tocándose las tetas con la otra, bajando a acariciarse el clítoris mientras yo le agarro con fuerza las nalgas y apenas colaboro en el movimiento y el ritmo que ella marca en cada momento. Noto que me queda poco para correrme, sujeto con más fuerza aún el culo de la hembra y suelto varios lechazos que acompañan mi orgasmo largo, sentido, gratificante.
Palmi sigue moviéndose durante un rato todavía, hasta que su ronco largo grito, en voz baja, me indica que está gozando. Me descabalga, nos sentamos juntos a recuperar el resuello, seguimos tomando una copa y damos poco después por terminado el domingo. Voy a ver si me entero de los resultados de la jornada futbolera, este año el Madrid va regular.
Ni por un momento lo dudaba, Matilde, la amiga de Palmira, meentra varios días después, una tarde cuando estoy tomando café en su cafetería. Nos conocemos, claro, pero sin tener especial trato o confianza, se sienta en la mesa en la que estoy leyendo el periódico, charlamos del tiempo y de los resultados de fútbol, me dice que estoy invitado, y tras mirar disimuladamente a derecha e izquierda, dice:
—Vente conmigo a dar una vuelta en el coche y te cuento lo que quiero fuera de oídos y miradas interesadas
Como digo que sí, que vale, ...
... entra a la cocina a decirle al marido que se va a dar una vuelta y yo, discretamente me dirijo hasta el coche de Matilde, aparcado en la calle de atrás. No he llegado hasta el vehículo cuando recibo en mi teléfono un mensaje de Palmi, quien me ha visto desde su tienda:
—Sé bueno con mi amiga, por favor, trátala como a mí
Me estoy aficionando a los buenos coches. Matilde tiene un todoterreno que es una maravilla, y sin yo decir nada, me lleva hacia las afueras, entra en una zona arbolada que es el comienzo de la zona de monte y se detiene en un motel que es utilizado por muchos excursionistas y senderistas de fin de semana. Me da unos billetes —bastante más de lo necesario— para que alquile y pague una habitación mientras ella aparca el coche de manera discreta, resguardada de la vista. Ya en la habitación me ha dado un suave beso en los labios, como para darse ánimo, e inmediatamente se pone a hablar.
—Sabes lo que necesito, Palmira me ha hablado de ti y quiero lo que a ella le das, no te vas a arrepentir
Se lanza a besarme en la boca al mismo tiempo que agarra mi paquete con ganas. Desde el primer momento jadea en voz muy baja y parece tener prisa porque me desnuda rápidamente besando, lamiendo las partes de mi cuerpo que va descubriendo.