1. La madura me la pone dura


    Fecha: 08/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... confianza y me parece deseable, está buena.
    
    Por el roce comienza el cariño, en el trabajo y fuera de él. Hace ya un tiempo, tras la cena navideña que siempre organizamos en la oficina, estuvimos bailando y desmadrándonos un poco en un pueblo cercano en el que hay dos grandes discotecas con salas de distintos ambientes a las que se suele ir para no estar siempre pendiente de quién te ve, quién te mira o con quién te encuentras, situaciones demasiado típicas —molestas, agobiantes e inclusopeligrosas para la fama personal— de las ciudades pequeñas.
    
    Ya es bastante tarde y quedamos pocos de los que empezamos la cena, desperdigados por el local, la mayoría buscando algo de intimidad. El segundo de los bailes lentos y los variosgintonics que llevo dentro me vuelven algo más atrevido con Montse, quien se aprieta contra mi nabo sin mayores problemas, se abraza apoyando la cara en mi hombro y no se queja cuando discretamente acaricio el comienzo de su culo con mi mano.
    
    —Por fin te has decidido, ya era hora
    
    No contesto, pero ahora le toco el culo de manera descarada, le doy algún que otro restregón al bailar y me ocupo varias veces con la punta de la lengua del lóbulo de su oreja derecha, de la mejilla y la comisura de la boca.
    
    —Vámonos al coche, todos estos están a su rollo, pero prefiero que no se fijen demasiado en nosotros
    
    Montse tiene un cochazo de lujo de esos que entras y te pierdes en el asiento trasero de lo amplio que es. Apenas nos hemos sentado cuando me ...
    ... mete la lengua hasta la garganta, dándome un muerdo de tornillo, guarro, ensalivado, con batalla de lenguas incluida, repasándome la dentadura y toda la boca. En seguida, sin decir nada, echa mano a mi paquete, me acaricia apretando sobre la polla y de nuevo me besa con deseo ansioso.
    
    —¿Te parezco vieja?, hoy debes estar salido y por eso me haces caso
    
    —No digas tontunas, Montse, sabes que me gustas y me pones cachondo. En broma y en serio lo hemos hablado un montón de veces. No me he atrevido a nada porque estás casada
    
    —Pues sí que importa mucho, el problema es por el qué dirán, pero a mí igual me da y mi marido prefiere no saber nada mientras no sea algo escandaloso y se pueda dedicar a hacer su vida de gourmet
    
    Otro beso guarrindongoy las manos se me van solas hacia las llamativas tetas de Montse, quien casi nunca lleva grandes escotes o botones desabrochados de más, pero las tiene muy evidentes. Tras acariciárselas suavemente por encima del vestido gris de punto que lleva puesto, necesito sentirlas en mis manos.
    
    —Sácatelas, me muero de ganas por verlas
    
    —Te van a gustar
    
    Por supuesto que me gustan. Con coquetería por su parte, sacando pecho hacia afuera, se ha desabrochado el vestido por detrás y tras sacar los brazos deja desnudo el torso, con un bonito sujetador negro, de esos de balconcillo que levantan los pechos pero apenas los tapan. Guau, se las saca por encima de las copas y deja ante mi vista sus pechos, grandes, altos, duros, apenas caídos, con ...
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