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Una clienta inolvidable
Fecha: 14/01/2019, Categorías: Gays Autor: Johnny2009, Fuente: CuentoRelatos
Dada mi profesión de gasista día a día se suscitan anécdotas, confesiones y oportunidades que posteriormente nos llevan a un lazo más que amistoso con nuestras clientas que después te empiezan a llamar hasta para sacarles una basurita del ojo. Esta es la historia de Martha una mujer de 50 años muy bien puestos, de contextura mediana un poco gordita en sus partes más deseables y un hermoso carácter, muy extravertido y sencilla en sus opiniones según lo que pude observar desde un primer momento, aunque la situación no daba para risa cuando me llamo alarmada por un escape de gas. —Hola? —pregunto pacientemente —Hola, hablo con el gasista? Preguntaba con su voz temblorosa y algo agitada —Siii — le contesto casi al instante. —AY!! Necesito que vengas urgente tengo un escape de gas y no se bien de donde... —Bueno en aproximadamente 10 minutos estoy ahí, decime tu dirección Enseguida me dijo la calle y el número y me hice presente en su casa para ver lo que pasaba Me abrió la puerta y me acompaño hasta la cocina, enseguida por mi experiencia note el olor y este me llevaba hasta la cocina, revise la llave y demás perillas y después note que el artefacto en cuestión estaba conectado por una manguera y esta se encontraba un tanto quemada. Ella permanecía atrás mío observando mis movimientos y no paraba de hablar de sus continuos cuidados y de lo mucho que le preocupaba esa situación De inmediato decidí salir a comprar un repuesto con la promesa de ...
... volver al rato. Cuando regrese me confeso que su marido la había colocado supuestamente de manera provisoria pero que así continuaba desde hacía tiempo a lo que empezó a agregarle quejas de trabajos mal hechos o realizados de mala gana hasta llegar a decirme sutilmente que el pobre era un inútil. Mientras tanto yo me mantenía neutral y trataba de guardar opiniones que pudieran ofender, ella me ofreció un vaso de jugo y dado el calor que comenzaba a hacer se lo acepte y continúe con el trabajo indicado que en pocos minutos culmine. Para hacer más seria aquella visita le extendí una boleta con el importe de mi trabajo y sin más me retire dejándole una tarjeta con mis números de teléfono que me agradeció con mucha alegría. No había pasado una semana cuando nuevamente me llamo y esta vez parecía más tranquila así que le dije que cuando pudiera estaría ahí, y así quedamos como una relación normal de gasista cliente que paso realmente inadvertida, pero al llegar me sorprendió su actitud, esta vez estaba mejor arreglada y al hacerme pasar me saludo con un beso. Esta vez se trataba de un proyecto para hacer una reforma en su quincho y agregar un segundo baño a la casa, me acompaño hasta la cocina donde nos sentamos y empezamos a conversar sobre el tema, muchas veces se me quedaba mirando, quizás observando mi manera de hablar y mi forma segura de contestar sus preguntas, casi sin darnos cuentas comenzó a hablarme de su vida privada, y allí me conto que hacía dos años que estaba ...