1. Negación - Capítulo 4


    Fecha: 14/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    ... y el aprovechó su efecto en mí, expuse mis culo de tal forma que calzo perfecto en su cadera, sentía su dureza, su cuerpo despierto, desesperado por acceder a un lugar dentro de mí. Abandonó el lóbulo de mi oreja, y bajó hasta mi cuello, marcando el recorrido con su lengua, me besó apasionadamente ahí, llenándome de deseo. Mordió y succionó en la unión entre mi cuello y la clavícula, haciéndome gemir. Mi sentido del tacto estaba completamente despierto, lo sentía en mi trasero, en mi cuello, y en los pezones.
    
    - ¿Recuerdas?
    
    Volvió a hablarme en el oído, sin detener ninguna de sus otras caricias. Fije mi vista nuevamente en el espejo, el macho adulto se ceñía sobre el joven, moviendo las caderas contra él, las manos y antebrazos que se pedían al interior de la polera, dejando ver sólo el ombligo y un poco de piel. El macho joven se movía, al compás del movimiento de cadera de su depredador. Su boca estaba abierta. Y en sus ojos solo había excitación y deseo.
    
    - ¿Recuerdas las cosas que me hacías con la boca?... te gustaba mamármela no es así… o cuándo estaba dentro tuyo ¿te acuerdas?, me volvías loco, y siempre quería más, Puto – Gemí.
    
    Una de sus manos bajó, con habilidad desabrochó mi pantalón, e introdujo su mano a través de vaquero y el bóxer, apretando con fuerza mi miembro.
    
    - ¿Quieres más? – Su boca se acercó a la mía y comenzó a besar en la comisura, no me volteé, lo dejé jugar.
    
    Su cuerpo entero me tenía bajo su yugo, la mano dentro de mi pantalón comenzó ...
    ... a subir y a bajar al ritmo del movimiento de sus caderas, su mano en mi pecho no liberó la presión ni por un instante. Comencé a jadear cuando respiraba.
    
    - ¿Quieres que me detenga Puta? – me preguntó, negué con la cabeza, incapaz de hacer la conexión entre mi cerebro y mi voz. Se rio. Y detuvo todos sus movimientos. Retiró la mano de mi entrepierna, y soltó mi pezón abruptamente. Dio un paso atrás. Y miré en todas direcciones buscando la causa que hizo que se detuviera.
    
    Seguía con esa sonrisa petulante en la cara, se miró los zapatos por un segundo, y levantó la mirada. Todo el fuego que había hace unos instantes desapareció. Y fue reemplazado por una mirada fría, llena de odio.
    
    - “Te voy a culear hasta que no puedas usar el ano ni para cagar, Enano” – Me dijo, y salió del baño riéndose.
    
    Quedé en schock, sin saber qué hacer. Con la mente en blanco. Paralizado por unos minutos. Unas lágrimas se escaparon de mis ojos, me miré en el espejo, y comencé a arreglarme. Subí el cierre y abroche el botón del pantalón, alisé la polera, ordené mi pelo, y me lavé la cara. Sentía una tensión en la garganta, me ardían los ojos, y me dolía el orgullo. No había visto a Eduardo por más de un año. “Te voy a culear hasta que no puedas usar el ano ni para cagar”, esa frase… me recorrió un escalofrío por el cuerpo. Tenía que salir de aquí.
    
    Encontré a Miguel sólo en la pista de baile, haciendo un tipo de danza que haría llover en cualquier momento dentro del recinto, si la situación ...