1. Una familia pervertida


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: No Consentido Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    CARMEN:
    
    Desde que entré a la menopausia mi apetito sexual aumentó, pero el de mi esposo decayó. Por ello tenía discusiones intensas con mi esposo. Un día lo desperté porque tenía unas ganas intensas:
    
    - ¿Mi amor, estás despierto?
    
    - ¿eh? ¿Qué pasa?
    
    - Bueno… estaba pensando que hace mucho tiempo que no hacemos el amor y… te necesito, amor. Necesito sentir tu pene dentro de mí.
    
    - Esta noche no, mi amor. Mañana tengo una junta temprano.
    
    - Pero… ¿entonces, cuándo?... siempre hay algo. A veces creo que ya no te gusto.
    
    - Zzzz
    
    - ¡¡Arrrggg!! ¡No puede ser que te duermas! ¡Despiértate, maldición!.. Hace meses que no me tocas ¡Ya estoy harta de esto!
    
    - Te compensaré en el viaje de vacaciones de la otra semana.
    
    La discusión continuó. Subí el tono de mi voz. Temprano, frustrada me dirigí al baño y me empecé a masturbar en la tina.
    
    A la mañana siguiente estaba fastidiada y con los ojos llorosos, mi hijo de 18 años se acercó por detrás, me abrazó y me dijo: No estés triste.
    
    Por la noche, mi esposo llegó cansado y me dijo que no podría ir al viaje, pero como ya estaba todo comprado y pagado que vaya con nuestro hijo.
    
    IVÁN:
    
    Me desperté al oír la discusión de mi madre, su insatisfacción. Yo consideraba a mi madre recatada, de pequeña estatura y delgada, con su cabello atado en un moño, lentes redondos y su uniforme de oficina que consistía en un traje de sastre. Aunque es seria, la amo con todo mi ser.
    
    Al pasar por el baño pude imaginar a mi madre ...
    ... masturbándose, como en la Forma del Agua.
    
    A la mañana siguiente me acerqué por detrás y la abracé, quise decirle cuánto la quería y que si mi padre no la satisfacía, yo lo haría, pero no pude solo la abracé para consolarla.
    
    Abracé a mi madre por detrás, colocando mi nariz en su cuello y disfrutando el perfume natural de su piel.
    
    Por la noche, mi padre me encomendó que cuide a mi madre, porque él no iría al viaje vacacional.
    
    A la semana siguiente llegamos a la sierra del país. Se trataba de una ciudad colonial, de cielo azul y paisajes idílicos de bosques de piedras y grandes llanuras y con disfrute de baños de agua termales.
    
    Al desempacar en el hotel me di con la grata sorpresa que la habitación era matrimonial con una cama king size en el medio.
    
    CARMEN:
    
    Mi hijo me acompañaría a pasar las vacaciones. Había reservado todo para hacerla una segunda luna de miel, pero el inútil de mi esposo no estaría. Por suerte sería acompañado por mi hijo. Aunque deberíamos compartir la habitación y la cama. La verdad es que es un súper chico, atento y guapo.
    
    Mi hijo es caballeroso, atento y guapo, se preocupa por mí y me trata como una reina. Afortunada la chica que sea su novia y creo que le tendría celos.
    
    Me até el cabello, porque no me gusta tenerlo suelto, y salimos a pasear y conocer el centro histórico. Por la noche fui a comer con mi hijo, tomamos unos tragos de vino que se me subió un poco.
    
    Luego de cancelar la cuenta el camarero se despidió diciendo: ...
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