1. Una familia pervertida


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: No Consentido Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... rodillas, hicieron un poquito de presión entreabriéndolas y ascendiendo por el interior de mis muslos se posó sobre mi vagina, jugueteando con mis abundantes vellos púbicos e introduciendo posteriormente dos dedos entre mis labios mayores, que ya estaban lubricados por mis jugos. Cuando su boca se apoderó de mis labios, su lengua, inexperta, procedió a buscar la mía, que respondió a su deseo sin dilación, intentando darle unas lecciones prácticas de cómo debía hacerme gozar.
    
    Luego condujo su boca hacia mi vagina, lamiéndola y haciéndome llevar loca de placer. Sin dejar de lamer. Mi esposo nunca me la había comido. Mi hijo también metía sus dedos y sobaba mi clítoris con su pulgar e índice sin quitar su boca.
    
    Yo estaba en éxtasis, con la cara enroquecida. Llevé mis manos a su cabeza y la atraje hacía mí, con las piernas totalmente abiertas. Doblé mis rodillas y los dedos de mi pie los estiré jadeando como una perra y después de mucho tiempo pude recibir mi tan esperado orgasmo.
    
    Caí exhausta. Iván mirándome como hipnotizado a los pechos, que se erguían desafiantes como nunca en todo su esplendor procedió a besarlos y beber todo. Sus labios aún conservaban la suavidad infantil de cuando lactaba de bebé. Tomé con mis manos el elástico del slip y bajándolo rápidamente se lo saqué por su pies al mismo tiempo que con mi camisón procedí a secar mi muslo y después su verga, que al sentir el suave roce de la tela y la presión de mis dedos friccionándola se elevó nuevamente ...
    ... en todo su apogeo apareciendo anteví aquel cipote muy largo ¡Dios, que polla! Su padre la tenía grande pero anda que el hijo.
    
    Me dejé caer hacia atrás, e hice que se subiese sobre mí, que su boca recorriese cada pliegue de mi cuerpo, y sobre todo que me chupase reiterada y golosamente mis pezones ya endurecidos y tensos, cosa a la que se aplicó afanosamente, lo que me permitió gozar intensamente; al mismo tiempo mi mano derecha atrapó el tronco de aquella estaca y con mucha suavidad dirigí la punta de la misma hacia el interior de mi vulva, que estaba súper lubricada como hacía años no lo había estado, abriendo mis piernas para facilitar el acercamiento de la misma y la penetración de su glande en mi chocho. Iniciando entonces un movimiento de mete y saca lento pero profundo, sin acelerones, que me permitía disfrutar de todo el poderío de aquella grandiosa tranca dentro de mí. Al mismo tiempo que yo regulaba la cadencia de sus movimientos, hice que sus manos amasasen sin pudor, delicadamente, pero con vigor mis tetas que estaban a punto de reventar por la excitación, al mismo tiempo que regulaba el ritmo de la follada de la copulación, para evitar una corrida precipitada de mi hijo y conseguir así en lo posible que yo también me corriese, y cuando notaba que mi hijo empezaba con sus espasmos, le asía por bajo de sus testículos hasta que llegase el momento en que yo pudiera gozar con toda intensidad del primer orgasmo con mi hijo, con mi macho, con mi semental, que ahora ...