1. Una familia pervertida


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: No Consentido Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba sobre mi cuerpo desnudo y sudoroso pero muy, muy excitado. Así conseguí llegar a un punto en que los síntomas de que se aproximaba mi inminente "corrida" se acentuaron y acelerando entonces mis movimientos pélvicos, conseguí gloriosamente y al mismo tiempo que mi hijo, coincidiendo con las contracciones aceleradas de mi "niño" que quedó desmadejado sobre mi sudoroso pero feliz cuerpo. No permití que mi hijo sacase su falo de dentro de mi cueva hasta transcurrido un buen rato, quería sentir dentro de mí como su pollón iba perdiendo su rigidez y como su "leche", mezclada con mis jugos, salía poco a poco por los bordes de mi chocho, mojando la parte interna de mis muslos y mojando intensamente la sábana. Y sabiendo que era el primer "polvo" que él había echado, y que en cuanto estuviese repuesto querría nuevamente gozar del chocho de la "golfa" de su madre. Y no solamente él quedó exhausto, sino que yo sentí un debilitamiento total y gozoso de mi cuerpo que me hizo quedar decaída bajo su maravilloso cuerpo, quedando ambos dormidos por unas horas.
    
    IVÁN:
    
    Coger con mi madre fue la gloria y lo mejor es que ella también lo disfrutó. El sabor y el olor de su piel, su cara sonrosada en una mueca de placer fue la perfección. Me quedé dormido sobre esas redondas tetas y mi boca mamando como un bebé. Me desperté a las horas y me fui a duchar.
    
    Mi madre fue detrás de mí y ambos nos besamos y manoseamos como un par de adolescentes cachondos.
    
    -Eres una mujer muy hermosa ...
    ... mamá.
    
    -¿Te gusto mi vida?
    
    -Claro mamá, eres una hembra bellísima.
    
    -Huy, mi amor, me haces sentir muy deseada.
    
    -¿Te… te gusta lo que estamos haciendo? –dije, y ella contestó:
    
    -Ay mi amor, me gusta cómo le das verga a tu mami. Métemela así mi amor. Huy, has puesto muy caliente a tu madre mientras me rozabas con tu verga.
    
    Nuestras lenguas se enredaban y yo mordía sus labios carnosos.
    
    -Ay mi niño. Qué caliente me tienes.
    
    Comencé a bajar hasta que mi boca quedo frente a sus pechos. Le lamí los pezones llenándoselos de saliva, ¡hum! qué rico morder y chupar sus pezones duritos.
    
    -Ay mi niño, tú vas a hacer que tu mami se chorree. Así lindo, sácale la leche de los pechos a tu mamá. Ah, mi vida, me has puesto como una callejera.
    
    Seguí lamiendo hasta que mi boca llegó a su vulva y lamí la baba de sus vellos. Mis dedos le abrían la panocha y mi lengua húmeda tocaba las paredes de sus labios. Los apretaba entre mi boca y chupaba. Tenía la cabeza entre las piernas de mi madre y ella me tenía sujetado del cabello y me apretaba la cara contra su vulva. Con el agua cayendo por nuestros cuerpos desnudos.
    
    -Ay bebé ¡ay ah! ¡ME VENGO HIJO!
    
    Sentí cómo me invadía toda la humedad de mi madre. Acaba de venirse y yo seguía chupando su vagina, metiéndole la lengua hasta el fondo. El aroma de esa panocha era para extasiar a cualquiera y yo no quería alejarme. Terminó en mi boca pero seguíamos muy calientes y yo no dejaba de beber sus jugos que escurrían hasta sus ...