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37.2 La noche de Barcelona
Fecha: 23/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... llevarle a la cama y sentarle sobre ella. -Te noto cansado y estresado, ven túmbate. –se ha colocado de pie y me dirige, me retira la corbata y la camisa, se sienta en la postura del loto y coloca mi cabeza sobre sus cruzadas piernas, pasa las yemas de sus dedos sobre mis sienes apretando ligeramente y las mueve en círculos, luego desciende y hace lo mismo detrás del pabellón de mis orejas. La suavidad de sus manos, su frotamiento que me parecen caricias, logran que mis ojos se cierren y mi respiración se relaje hasta hacerme creer que no respiro. Se ríe muy quedo y puede inclinarse para llegar con sus labios a besar mi frente, pasa sus dedos por mis labios en una tierna caricia. -Se te ve tan hermoso. –susurra y vuelve a besarme. -Creo que con una ducha de agua tibia te encontrarás como nuevo. Ven, vamos a tomar un baño. –antes de levantarme me quita el pantalón y todo el resto de ropa y en un momento se deshace de la suya, me lleva de la mano al baño. Va pasando una esponja con gel por mi cuerpo y yo mis manos por el suyo, todo es muy suave, muy tierno, muy íntimo, y muy escaso de deseo sexual, es como si se tratara de acariciar a un niño. -Has tenido mucho trabajo, seguro que ha sido eso. –me mira sosteniendo la ducha sobre mi cabeza y luego enfocándola por mi cuerpo para retirar el gel, me hace abrir las piernas para limpiar mis partes íntimas. Le sonrió agradecido y le compenso envolviéndole en una toalla y llevándole de vuelta a la cama. -Me ...
... siento mucho mejor, gracias Vasiliy. –nos quedamos en silencio, tendidos sobre la cama y envueltos en nuestras toallas. -¿Daniel? -no respondo. -Si te dijera que quiero quedarme contigo… -callamos y al cabo de un momento le contesto. -Te diría que no. –silencio…, y su mano sujeta mi brazo. -No iba a suponer una carga para ti, mis padres tienen dinero, pueden pagar muy bien mis gastos, quisiera estar contigo siempre y cuidarte. –me giro para mirarle, la toalla se desliza y quedo desnudo. -No, no Vasiliy, no es ese el motivo. –llevo mi dedo para aplastar su pezoncito. -Eres…, siento ternura y cariño por ti y sí, eres un chico precioso, bello hasta abrumar, tierno, gracioso, pero…, no eres para mí. -sujeto su mano para besarle los dedos. -¿Cómo es él? -le miro sorprendido. -No hay él, ya no, en realidad nunca lo ha habido. -Bueno, entonces, ¿cómo era? - Vasiliy, por favor, no me preguntes esas cosas que quedan tan lejos y ya están olvidadas. -Es un hombre con suerte. Yo nunca encontraré alguien como tú y que me ame, no hay hombres así. –se queda pensativo, pero no triste porque brilla una sonrisa en su cara. -Cuántos años tienes. -Diecinueve. -Lo encontrarás Vasiliy, hay hombres así, mejores que yo y a montones, yo tengo la suerte de conocer a unos cuantos. -Como andas de tiempo mañana, quiero decir si tienes que participar en alguna prueba, porque estoy pensando…, ¿te gusta el baile? Vasiliy me mira extrañado y con los ojos muy ...