1. Lola y el becario


    Fecha: 24/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: karlz, Fuente: RelatosEróticos

    ... estés soltero.
    
    - Jajajaja - reí nervioso - . Muchas gracias Lola, pero parece que no todas piensan como tú. Será que a las mujeres os gustan los chicos malos.
    
    - Cierto, pero no es la maldad lo que nos atrae, sino la travesura, lo que pasa que se parecen tanto que tan solo la edad es capaz de enseñar a diferenciarlas.
    
    - ¿Y tú sabes diferenciarlas?
    
    - Por supuesto, Carlitos, se te ve muy bueno... y muy travieso, pillín - me dijo sonriéndome y dándome un toquecito en el brazo.
    
    En aquel momento empecé a cuestionarme si Lola estaba coqueteando conmigo o, quizás, la imposibilidad de que tuviéramos algo le daba aquella libertad para alabarme como lo estaba haciendo. Evidentemente, yo quería llegar a saber cuál era la respuesta, por lo que empecé a atacar yo también con preguntas bastante inocentes.
    
    - ¿Y tú por qué estás soltera, Lola? - le pregunté.
    
    - ¿Y cómo sabes que estoy soltera? - contestó ella.
    
    - Porque en la empresa no paran de buscarte novia. Eres la soltera de oro.
    
    - ¿Soltera de oro? Si soy una borde.
    
    - Pues conmigo eres un encanto.
    
    - Porque tú eres un encanto.
    
    - Y además estás buenísima - le solté casi de manera involuntaria, como por acto reflejo.
    
    - ¡Oye!
    
    - ¿Qué? Es verdad, Lola, si no... mírate con ese vestido.
    
    - ¡Ains! Gracias, Carlitos - me contestó mirándome de nuevo con sus dos universos. - Anda, volvamos a entrar que ahora es cuando empieza la verdadera fiesta...
    
    Yo era la primera cena de empresa en la que estaba y no ...
    ... sabía lo que ahora venía... El despipote padre... Al ritmo de la música de moda más hortera, pude ver al jefe corporativo supremo con la corbata en la cabeza dar vueltas sobre su propio eje mientras mis compañeros de departamento, descamisados totalmente, no paraban de intentar iniciar una conga que nunca llegaba a buen puerto. Entre canción y canción, Lola se me acercaba de vez en cuando y me cogía para bailar con ella. Yo ya estaba a cien, verla moverse con aquel vestido me estaba poniendo muy cachondo, pero el súmmum fue cuando, mientras estábamos bailando, el dj puso una canción de bachata y ella me dijo:
    
    - Carlos, acércate que esto se baila más pegado, chiquillo.
    
    Y acto seguido una de sus manos rodeó mi cintura y me atrajo hacia ella mientras con la otra cogía mi mano y la ponía en su cintura, a escasos centímetros más arriba del culo. En aquel momento empecé un divertido juego de intentar que, con el roce y la proximidad, ella no se diera cuenta de la tremenda erección que estaba teniendo, pero, evidentemente, fracasé totalmente y al tercer compás ella acercó su boca a mi oído me dijo:
    
    - Carlos, eso no es el móvil... ¿verdad? - me susurró coquetamente.
    
    Aquellos finos labios rojos tan cerca de mi oreja, el calor de su aliento en mi cara, mi cerebro intentando controlar a la mano que apoyada en su cintura no paraba de intentar bajar hasta su culo... No podía más.
    
    - Estoy empezando a sufrir, Lola - le dije con los dientes casi rechinando.
    
    - ¿Quieres que ...
«1234...»