1. MI DULCE Y APASIONANTE ESPOSA TERESA 2


    Fecha: 26/01/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mujer de belleza impresionante, y un físico fuera de serie” Yo lo miré fijamente y solo le dije: “Gracias”, mientras pensaba entre mi: “Si supieras como esta rica hembra culea en la cama”
    
    Después de esto, la velada continuó con una tensión sexual que podía cortarse con un cuchillo.
    
    Fedro, aunque caballeroso y atento conmigo, no dejaba de lanzar a mi esposa rápidas y furtivas miradas de admiración. Cuando esto ocurría, mi esposa se sofocaba y bajaba la mirada; o inquieta, dirigía sus ojos en otra dirección, y en otras ocasiones, respirando con fuerza, se frotaba las rodillas con sus dos manos. Era evidente para mí que el mecánico no le era indiferente a ella; y por el contrario, aunque parecía estar muy nerviosa y excitada con su presencia, a ratos reía con gusto, y elevaba su copa de vino en dirección a él, como invitándolo a beber, con una sonrisa de deliciosa ingenuidad.
    
    No tardé en darme cuenta que, a medida que pasaba el tiempo, el mecánico Fedro de manera natural se hacía más simpático en el ambiente de mi casa, en la que los tres estábamos reunidos. Debo reconocer que tenía buen humor, narró algunas de sus más divertidas historias, y parecía cada vez más amigable con mi esposa, la cual estaba encantada, riendo mucho.
    
    Yo quería ver como se portaba en mi ausencia, y no sabía como, así que cuando sonó en mi celular una llamada dije que volvería en un cierto rato, pues con esa persona debía tratar asuntos vitales de mi trabajo. Salí y me dirigí a un discreto ...
    ... observatorio que solo yo conocía.
    
    Estando a solas los dos, mi esposa, y después de un rato de tensión y silencio en la que él la traspasaba con su mirada, ella; sumamente nerviosa, se levantó a llenar las copas. Cuando estaba en esta tarea, el mecánico llegó hacia ella desde atrás, y suavemente y con cierto temor le dijo a Tere si podía ayudarle a llenar el vino. Ella quedó en silencio, y el acercándose detrás de ella tuvo la audaz ocurrencia de tomar y guiar la mano de ella en esa tarea, mientras el gran bulto de su verga erecta rosaba sus nalgas. Ella, paralizada de nervios y de excitación le dejó hacer, luego ella movió su cabeza, como queriendo sacudirse del calor de su aliento, pero él no se inmutó, y siguió tomando y guiando la mano de Tere hasta que las copas quedaron llenas. Luego, muy naturalmente, como si fuera su mujer en la intimidad, mientras sostenía y apretaba aún con su mano derecha la mano derecha de ella, con su mano izquierda apartó un mechón de sus cabellos, y besó suavemente su delicada nuca.
    
    Ante esta caricia, a Tere pareció que la había alcanzado un rayo, y con los ojos cerrados, y la cabeza levantada, hiso por un instante con sus labios un delicado pucherito, moviendo su cabecita de un lado a otro, con un gesto que parecía más un gesto de entrega que de protesta. Cuando después de hacer algo de ruido yo entré, el ya estaba sentado, y con una mirada un poco temerosa, me sonrió.
    
    Por un momento, quise terminar este asunto a mi modo, y despedir a ...