MI DULCE Y APASIONANTE ESPOSA TERESA 2
Fecha: 26/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... este sujeto de mi casa, pero rápidamente resolví dejar que esto continuara. Después de todo, este tipo por alguna razón había dejado a mi mujer trémula, y como una gelatina de nervios excitados, y había convertido también a mi verga en una potente vara de hierro. Mi Pene me ardía y latía con fuerza, mientras mi mente vagaba por parajes de erotismo insospechado. ¡¡Que sensación tan intensa y tan ardiente ver a ese hombre hacer en mi ausencia; y tan rápidamente, esas caricias que habían tocado tan profundamente la sexualidad de mi mujer, a pesar de la lealtad que ella me profesaba!! Este hombre me estaba demostrando que la psiquis de mi joven esposa se había mostrado en ese momento muy vulnerable y débil, y yo quería saber más de ella, y la forma en que su conducta iría evolucionando en su trato con Fedro.
La velada entre los tres se hizo más intensa. Las miradas y frases del mecánico se hacían por momentos más insinuantes, y a pesar de que Tere ya no estaba tomando hacia mucho rato, parecía como ausente y embriagada de una sensación interna que parecía tenerla excitada permanentemente. El mecánico se dirigía a ella con insinuante respeto, y en ocasiones la halagaba delante mío, el parecía muy cómodo, y contento de disfrutar estos momentos con nosotros. En ese momento sonó el teléfono y Salí nuevamente, dirigiéndome otra vez al observatorio. Cuando estuve allí, descubrí con cierta preocupación que me sentía muy excitado sexualmente, la respiración me faltaba, y parecía que ...
... estaba poseído por una fiebre erótica.
Sintiéndose a solas, mi joven y provocadora esposa parecía no hallarse en sí mismo, se movía en su puesto de un lado a otro sin mirar al mecánico, parecía algo indefensa y sensible, y se la veía sexualmente vulnerable a la presencia cercana de ese hombre, que evidentemente había afectado sus defensas de mujer. El, en ese momento parecía muy tímido. A pesar de ello, como tomando fuerzas se sentó a su lado. Mi esposa, temblando miró en otra dirección, luego; repentinamente y con mucha inseguridad, ella lo miró, y el impulsivamente le estampó un beso. Al separarse de ella, la volvió a mirar a los ojos; y esta vez, lentamente se apoderó como varón de esos labios que solo habían sido besados por mí. Y Mientras le daba este segundo beso, sus manos se encontraron con las tersas y sensuales curvas de las piernas de mi deliciosa hembra, a las cuales acarició despacio y delicadamente.
Cuando entré por segunda vez, el no se había apartado del lado de mi esposa, y sin saber qué hacer con sus gestos, hiso el ademán de invitarme a una copa. Mi esposa Tere ya no daba más, con toda su sexualidad alterada parecía que no se hallaba en si mismo, ni yo tampoco. Así que decidí que por ahora esto era suficiente, y que debíamos procesar lo que estaba ocurriendo, y hablar con ella sobre esto, sin culpabilizarla, y con la idea de que estos intensos momentos eróticos tendrían que llegar a algo después, no sé de qué manera. Así que despedí a este hombre de la ...