La evolucion de Ana (4)
Fecha: 27/01/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: vladi, Fuente: CuentoRelatos
... y yo. Yo me cabreé bastante porque habíamos quedado en que la relación solo era entre Jacinto y yo y que no entrarían terceros así que nada de nada y que si insistía demasiado la relación se iba al garete.
Jacinto trató de convencerme argumentando que Mariano era muy buen tío, más bien pequeñito como él, muy limpio que desde su infancia eran amigos y se habían hecho muchas pajas mutuamente pero que nunca habían pasado a mas ya que, básicamente, a Mariano lo que le gustaba era mirar y meneársela y que, además tenía la polla más bien pequeñita de manera que si querría una enculada no me haría daño. Además, le había dicho que yo cobraba y le había parecido bien lo de los cien euros por una tarde.
Al final me convenció, pero le exigí que antes yo quería conocer personalmente a Mariano, así que llámale y si puede venir ahora, que venga y decidimos. Así lo hizo y me confirmó que se iba a duchar y en menos de una hora se presentaría. Así quedamos y justo a la hora vimos desde lejos el polvo que levantaba el coche, yo me metí en un cobertizo y esperé que a que llegase y entrase en la casa. Le vi. de lejos y la verdad es que estaba muy aceptable, o sea, que pasó el primer examen. La casa la habíamos puesto con las velas rojas y yo me había vestido lo más sensual que soy capaz, incluso me había pintado las uñas de rojo y perfumado en especial las orejas y la entrepierna.
Como habíamos quedado Jacinto y yo, esperamos un poco y yo llamé a la puerta y cuando entré Mariano se ...
... quedó como embobado, Jacinto le dijo:
“Aquí tienes a Anita, a ver si puedes con ella”
El tío me tendió la mano para saludarme, pero, naturalmente yo no se la di, más bien me apreté contra él y le di un beso en cada mejilla. Les dije que si querían tomar algo y preparé unas copas... La tomamos sentados en el sofá, frente al televisor yo en el medio y uno a cada lado. Ni que decir tiene que mí sentado y cruzado de piernas era más bien escandaloso y Mariano no me quitaba el ojo de la entrepierna viendo los tirantes del liguero y las medias y, en ocasiones una parte del tanga.
Después de un rato de charla aproveché que la mano de Mariano estaba al lado de mi muslo para cogérsela como con disimulo y ponérmela encima de la parte del muslo que dejaba al descubierto las medias; al principio hizo ademán de retirarla, pero yo se la apreté más y se quedó y empezó a acariciarme; me imagino que se puso a tono.
“¿Porque no ponemos un poquito de música suave?” propuse “me encantaría bailar con mis hombres” Naturalmente me dijeron al unísono que sí. Me levanté puse música y le dije a Mariano que me hiciese el honor como invitado a iniciar el baile. El tal Mariano a poco se priva con tanta finura. Se levantó y le abracé bien apretado y empecé a bailar y restregarme bien. Miraba a Jacinto y me sonreía con una mirada cómplice. Después de un ratito de restriegue y de notar que ya estaba bien empalmado propuse volvernos a sentar. Pude notar el bulto en la bragueta de Jacinto. En tono de ...