1. El legado de Minerva


    Fecha: 27/01/2019, Categorías: Masturbación Autor: CalmaSola, Fuente: CuentoRelatos

    Para mi Marqués de Sade particular....
    
    El regalo que le hizo su padre fue el que más ilusión le causó y el que cambió su vida.
    
    Era su decimoctavo cumpleaños. El año en que sería presentada como una dama en sociedad, el año en que dejaría de considerársela una niña y pasaría a ser una mujer a los ojos de todos. Ya tenía varios pretendientes, aunque ninguno había podido declarársele ni entrar en negociaciones con su padre debido a su edad.
    
    Minerva era una joven que destacaba entre las demás. Era guapa sin llegar a ser hermosa, pero tenía un gran carisma y su alegría inundaba cada salón en el que entraba. Su cabello castaño claro y ondulado lo había llevado siempre suelto, con desagrado de su madre, pero ahora debería empezar a realizarse los intricados recogidos dignos de una dama. Tenía el rostro ovalado, adornado por unos grandes ojos oscuros una nariz recta y pequeña, unos labios finos y sonrosados y la piel muy clara.
    
    Tras probarse los muchos vestidos que le habían regalado aquel día, pudo comprobar que su cuerpo ya era el de una mujer. Los trajecitos recatados de niña serían regalados a los menos afortunados y ella ya podría lucir sus redondos y bien formados pechos asomando por el balcón de los escotes y su esbelta cintura aún más estilizada por los prietos corsés.
    
    No había dejado de mirarse en el espejo en toda la mañana. Nunca había sido vanidosa, pero aquel día era especial y se veía espléndida con su nuevo peinado y con aquellos vestidos llenos de ...
    ... encajes, vuelos y estrecheces que marcaban sus formas femeninas.
    
    Su criada ya le había ayudado a ponerse el último traje, el que llevaría puesto a la hora de comer, cuando llamaron a la puerta y entró su padre despidiendo a la doncella.
    
    Se sentó en un mullido sillón y procedió a encender su pipa antes de hablar...
    
    ―He aquí mi pequeña convertida en toda una mujer. Me lleno de orgullo sólo con mirarte...
    
    ―Gracias padre. Hoy es un día feliz.
    
    ―Y aún más que lo será, te tengo reservado un regalo muy especial...
    
    Ella empezó a marearle con preguntas intentado sonsacarle que era aquello tan especial, pero él sólo reía y le decía que tendría que esperar a que acabaran los festejos de la noche, entonces lo sabría...
    
    Su padre nunca había dado la sensación de hombre misterioso y el hecho de que le hubiese puesto la miel en los labios y ahora no le contase más le resultaba frustrante.
    
    Pero él salió de la habitación sin hacer caso a las súplicas insistentes de su hija...
    
    Ella pasó todo el día entre preparativos y festejos, pero ni siquiera su presentación como dama en sociedad o los espléndidos y costosos regalos que recibió le hicieron olvidar el prometido regalo que su padre la haría aquella noche.
    
    Cuando por fin todo el mundo se despidió y su madre y hermanas se fueron a dormir, su padre se reunió con ella en la biblioteca.
    
    A ella le extrañó que él no llevase nada en las manos. ¿Dónde estaba su regalo? Su padre sólo dijo...
    
    ―Ve a buscar algo de abrigo y ...
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