CALL-BOY
Fecha: 29/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... como si de un rito se tratara.
Si repetimos unos minutos después (tengo una gran facilidad para recuperarme tras una corrida y volver a tener la polla bien tiesa y dura, además de ganas para continuar) me pide que se lo haga con la lengua y la boca. Apenas tiene vello en el pubis y es tan rubio que parece que esté depilada por completo, por lo que me empapa la cara entera con sus jugos vaginales. Antes de correrse me levanta la cabeza tirando fuertemente del pelo y se coloca para poder hacerme una paja cubana con sus estupendas tetas, chupando mi capullo al mismo tiempo con la lengua, de manera que cuando me corro suelo pringar su cara y su pelo con los lechazos densos y blancos de mi semen. Ella acaricia su clítoris muy deprisa hasta que se vuelve a correr, ahora de forma callada, sin ruido.
Tras follar le pido siempre que me de su coño, que tengo ganas de que sienta mi polla dentro de la vagina, pero se niega (no creas que no tengo ganas, pero no, aún no; quiero esperar) y pasarán aún varios años hasta que lo consiga (o no encontró otro mejor o decidió que yo fuera el primero). Llevamos ya unos treinta años follando y salvo algunas ligeras variaciones (mi lengua en su culo la vuelve loca de excitación y hemos compartido algún trío tanto con hombre como con mujer, lo que le encanta), casi siempre ha sido como aquí he contado. Sigue siendo mi gran amiga, mi amante de siempre y la única mujer por la que siento cariño de verdad una vez fallecida mi madre. La ...
... quiero.
Lo de dedicarme a prostituto tomó cuerpo una semana después cuando me falló un trabajo de conductor que tenía medio apalabrado en una gestoría. Hablando con Consuelo de ello, inmediatamente me facilita un número de teléfono (es N., hija de unos amigos de mis padres, que da clases en Historia y que está muy metida en asociaciones religiosas de la Universidad. Quiere dedicarse a la política en un futuro próximo. Está salida como una perra en celo y es lo suficiente hipócrita como para pagar por follar y seguir disimulando como si fuera una virgencita que no tiene necesidad de sexo. Llama y cóbrale por lo menos siete mil pesetas que esa tiene pelas).
La voz alegre, risueña y un poco falsa que contestó mi llamada y que tras identificarme me da una dirección de una de las nuevas casas del pequeñoburgués Parque de las Avenidas se corresponde con una mujer de poco más de treinta años, morena, alta, delgada, vestida de negro, con ropa como muy de mujer mayor. Guapa de cara, con unos ojazos oscuros impresionantes, habla con confianza y sabiendo lo que quiere:comprenderás que además de satisfacción sexual lo que busco es discreción; no me puedo permitir ningún desliz público y Consuelo me ha hablado muy bien de ti en todos los sentidos. Por favor desnúdate, quiero valorarte.
Así lo hago y no me siento demasiado incómodo (en algún momento me dan ganas de reír) ante el examen visual que me hace N. y sus comentarios, que en seguida van subiendo de tono y denotan que se va poniendo ...