1. Una bolivianita en casa


    Fecha: 13/08/2017, Categorías: Hetero Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... su lenguaje, lindas piernas y algo que no supe descifrar pero que la hacía distinguirse del montón. Su olor a hembra con poco sexo encima era evidente. Su cuerpo al andar por los rincones de la casa, sus ojos, su inocencia o sus charlas lo hacían notorio.
    
    La vez que la vi colgando bombachitas de Nancy y bóxers míos en el tendedero de la ropa mientras yo tomaba un licuado tuve la primer fantasía con ella. La segunda fue cuando desde el living la vi en la cocina apretarse las lolas por adentro de su remerita beige, paradita contra la mesada y con los ojos cerrados. La tercera fue cuando salí del baño envuelto en una bata luego de darme una ducha confortable, y ella fregaba el piso del pasillo que comunica las habitaciones con el baño. Tenía un shortsito a punto de reventar ante mis ojos, y medio que se le caía, por lo que le miré un trozo de la bombacha rosada que traía.
    
    Pronto mi cerebro comenzó a idealizarla, y no podía evitar pensar en ella sin que se me pare la pija. La imaginaba arrodillada con sus tetas enlechadas por mí, o en cuatro patas entregándome el culo, o sentada en la mesa pidiéndome que le rompa la concha. No lo hablé con Nancy porque lamentablemente es muy celosa. Pero hasta la imaginé lamiéndole las piernas a Carina mientras mi mujer la obligaba a lavar su ropa interior.
    
    Los días pasaban. Mis fantasías a esta altura ya eran voces que me incitaban a pecar, y Carina estaba más charlatana cada vez.
    
    Una mañana vi que se estaba cambiando el ...
    ... pantalón porque se lo había salpicado con lavandina. Estaba lo más pancha en el baño con la puerta abierta, y esa vez vi su cola preciosa bajo una bombachita blanca que logró empalarme al tope de mis posibilidades. Entonces allí fue cuando le dediqué la primera paja en la soledad de mi habitación cuando ella entretanto cocinaba.
    
    El próximo viernes no aguanté y la invité a desenchufarse un poco de la rutina. Le pedí que se tome unos mates conmigo en el jardín y aceptó gustosa.
    
    Yo salí a comprar unas facturas, y cuando volví todo estaba listo en la mesita. El termo, el mate, un cenicero por si se me antojaba fumar, yerbero y azucarero, una jarrita con jugo de naranja, dos vasos, y ella echada en una reposera con la remerita subida y una mano debajo de la cola. Ni bien me senté hablamos de todo y sin tapujos. Incluso hasta se quejó del machismo con que se vive en su país, de las niñerías de su hermana con su noviecito, y del marido de Clara, la amiga de Nancy.
    
    ¡a los hombres cualquier agujero les viene bien… aparte son re cochinos, y no les importa si a una le gusta o no eso de chupar penes… a mí el marido de su amiga me pagó, y todo bien… pero me obligó a hacerle un pete en la vereda de su casa como si fuera una puta, y no me agradó que me diera todo el semen en la boca!, me largó con soltura después de un rato de charla y mate, y mis hormonas necesitaban saber más de ella.
    
    Le dije que en general los hombres ven a todas las mujeres con especial belleza, pero ella no me ...
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