Violan a mi novia delante mío Relato cuckold
Fecha: 05/09/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: nacho95mc, Fuente: TodoRelatos
... reaccionó al instante, un gemido más alto que los demás, pero el colombiano no se retiró. Siguió moviéndose, como si nada hubiera cambiado, bombeando su semen en cada vaivén.
Álvaro tragó saliva, sintiendo una presión incómoda y excitante en la boca del estómago. Sabía lo que estaba pasando y no podía dejar de mirar. Era como si cada movimiento del colombiano borrara un poco más la idea de que Clara era solo suya.
Ella empezó a gemir otra vez, su respiración volviéndose irregular. Su cuerpo se arqueaba con más fuerza, y entonces llegó: otro orgasmo. Se estremeció de pies a cabeza, atrapada en las cuerdas, su espalda arqueada y los muslos tensos alrededor de la cintura del colombiano.
Él no aflojó. Mantuvo el ritmo hasta que, en una serie de embestidas más rápidas y profundas, volvió a correrse. La segunda corrida llegó con un gruñido bajo, su pelvis pegada a ella, como queriendo vaciarse por completo en su interior. Clara soltó un jadeo largo, su cuerpo relajándose poco a poco, como si hubiera quedado sin fuerzas.
El colombiano se quedó un instante dentro, inmóvil, respirando con fuerza. Luego se apartó, la miró unos segundos y comenzó a vestirse. Ni una palabra. La escena tenía una frialdad animal, como si hubiera hecho exactamente lo que había venido a hacer.
Álvaro, todavía inmóvil frente a la pantalla, sintió que su propia respiración estaba descompasada. Había presenciado algo que lo sobrepasaba… y lo excitaba de una forma que no
podía ...
... explicar.
Capítulo 7 bis – La reclamación
El sonido de la puerta cerrándose retumbó en el silencio del piso. Álvaro esperó unos segundos, conteniendo la respiración, asegurándose de que el colombiano realmente se había ido. En la pantalla, Clara permanecía inmóvil sobre la cama, con el pecho subiendo y bajando rápido, las muñecas todavía tensas contra las cuerdas, la venda cubriéndole los ojos.
Se levantó despacio, como si cada paso hacia la habitación tuviera un peso extra. El aire le parecía más denso, cargado del olor a sexo reciente. Cuando cruzó el umbral, la vio tal y como la había observado en la pantalla, pero ahora con la realidad golpeándole: la piel de sus muslos brillaba, su respiración seguía entrecortada, y había un calor palpable en la habitación.
Álvaro se quitó la camiseta y los pantalones con movimientos rápidos. Se subió a la cama, colocándose entre sus piernas. Apenas apoyó la mano en su vientre para acercarse y sintió el calor que emanaba de ella.
Cuando la penetró, lo notó todo.
No era solo que estuviera más caliente y húmeda que nunca: había una textura distinta, más densa, inconfundible. Cada movimiento le recordaba, de forma cruda, que otro hombre había estado ahí minutos antes, que la había llenado. El golpe psicológico fue tan fuerte como la excitación que le provocó.
Empujó despacio al principio, sintiendo cada detalle. Luego aumentó el ritmo, como si necesitara marcarla, cubrir cualquier rastro del otro con el suyo propio. Clara soltó un ...