1. Violan a mi novia delante mío Relato cuckold


    Fecha: 05/09/2025, Categorías: No Consentido Autor: nacho95mc, Fuente: TodoRelatos

    ... gemido suave, todavía recuperándose, pero no dijo una palabra.
    
    Álvaro apoyó una mano en su muslo, apretando, mientras con la otra sujetaba su cadera para hundirse más. Cada embestida era más profunda, casi un acto de posesión. Podía sentir cómo sus propios celos se transformaban en un impulso físico imposible de frenar.
    
    Con un último movimiento rápido y fuerte, se corrió dentro de ella, quedándose inmóvil, pegado a su cuerpo, con la respiración agitada. No se movió durante unos segundos, sintiendo cómo su orgasmo se mezclaba con el rastro del colombiano, en una mezcla que lo excitaba y lo perturbaba al mismo tiempo.
    
    Finalmente, se apartó un poco, le quitó la venda y la miró a los ojos. Clara lo observó en silencio, con una leve sonrisa agotada, sin decir nada. Él empezó a desatarla, todavía sin saber si lo que sentía era triunfo, humillación… o las dos cosas a la vez.
    
    Capítulo 8 – Después del juego
    
    Cuando la última cuerda cayó al suelo, Clara se incorporó lentamente, moviendo las muñecas para liberar la tensión. Su piel todavía tenía un leve rubor y el cabello, húmedo por el sudor, le caía en mechones desordenados sobre el rostro.
    
    Álvaro se sentó a su lado, sin saber muy bien qué decir. Ella lo miró un momento y, sin palabras, apoyó la cabeza en su hombro. Su respiración ya era tranquila, ...
    ... pero su cuerpo todavía irradiaba calor.
    
    —¿Estás bien? —preguntó él, rompiendo el silencio.
    
    —Sí —respondió ella, con voz suave.
    
    —¿Fue como esperabas?
    
    Clara sonrió apenas, una mueca breve que no llegó a ser risa.
    
    —Fue… intenso. Muy intenso.
    
    Esa palabra quedó flotando en el aire. Álvaro no quiso preguntar más. No necesitaba detalles; él lo había visto todo. Sabía que había tenido varios orgasmos con el colombiano y que, en cambio, nunca había llegado así con él. Y, aunque le dolía reconocerlo, esa verdad también le excitaba.
    
    Se recostaron en la cama, en silencio. Afuera, la ciudad seguía su ritmo, pero dentro de ese dormitorio había una calma extraña, como si todo se hubiera detenido. Álvaro cerró los ojos, intentando ordenar lo que sentía: orgullo por haber cumplido su fantasía, celos por lo que había presenciado, y un miedo sutil de que ella quisiera repetir… o que ya nada volviera a ser igual.
    
    Clara, sin mirarlo, acarició su brazo con suavidad.
    
    —Gracias por… por hacerlo —susurró.
    
    Él asintió, pero no respondió. Sabía que esa noche quedaría grabada en ambos, y que, aunque lo llamaran juego, lo que había pasado había dejado una marca muy real.
    
    Álvaro no sabía si había ganado algo o lo había perdido, pero tenía claro que, en su cabeza, la escena seguiría repitiéndose… una y otra vez. 
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