Follada por una verga negra de 24 cm
Fecha: 05/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: LIGM, Fuente: CuentoRelatos
Tendría yo unos 26 años, ya habíamos compartido con Luis algunas de nuestras experiencias, nuestra relación era plena y divina. Mi marido jamás se siente mal por mis relaciones fuera del matrimonio, así como yo tampoco le recrimino sus infidelidades, ya que al final siempre nos contamos todo lo vivido y eso nos hace conocernos más y disfrutar más de nuestros cuerpos.
Bueno estaba yo de 26 años cuando decidí el matricularme en un gimnasio, me sentía un poco estresada así que pensé que el ejercicio sería el mejor remedio a este problema.
Escogí un gimnasio famoso por sus instalaciones, lo malo es que estaba lejos de donde vivíamos con Luis, y el aparcar el coche era difícil por no decir imposible, visto esto decidí el no usar el coche y tomar el tren, el primer día que use este transporte quede contenta pues el trayecto era de no más de 40 minutos, y me dejaba a solo un par de calles del gym, así que pensé que era una buena decisión, eso sí tenía que ser puntual pues pasaban cada 30 minutos y si lo perdía tenía que sentarme a esperar al siguiente.
La primera semana se me fue rapidísima, Luis me decía que me veía mejor y que mi aspecto había cambiado se me notaba más sereno y seguro de mi misma. Esto me animaba a seguir adelante.
No me imaginaba lo que estaba a punto de sucederme.
Era un martes cuando al llegar a la estación me di con la sorpresa que había mas gente de lo normal, era a causa de la suspensión de un servicio de autobuses hacia mi pueblo razón por ...
... la cual la gente tomaba el tren como transporte alternativo, me fastidio un poco pero lo acepte con tranquilidad, al llegar el tren vi como la gente se arrimaba a la puerta para entrar primero, me quede atrás esperando el que se acomoden.
En ese momento repare en un muchacho de raza negra estaba parado justo delante mío, al parecer el tampoco quería luchar con los demás por subir primero, el tren abrió las puertas y todos se abalanzaron hacia adentro, casi no dejaron espacio solo uno casi en la puerta, el muchacho negro me miro y me cedió el sitio, luego disculpándose se puso detrás mío y suavemente me arrimo hacia adentro para poder ubicarse, se cerraron las puertas y empezó el viaje.
Mi primera reacción fue el voltearme y quedarme de frente a él, no quería el sentir su respiración en mi nuca, además siempre había escuchado de Luis contra historias sobre la gente extranjera sobre robos y cosas así, y pensé que lo mejor era tenerlo de frente. El al verme girar bajo la mirada, me di cuenta que se sentía incomodo al recibir las miradas desconfiadas de los demás viajeros.
Era casi una cabeza mas alto que yo, me fije en sus brazos, eran bastante desarrollados sin duda este chico había trabajado haciendo mucha fuerza pues se notaban los músculos en antebrazos y pecho. Sin duda era un atleta, me quede observándolo todo el trayecto. El apenas me miro, llegamos a nuestro destino y salimos apuradamente al igual que toda la gente, casi ni me fije mas en él.
Al día siguiente ...