Me estrenaron (5): Final feliz
Fecha: 06/09/2025,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Josel101, Fuente: CuentoRelatos
... succionar, como si existiera alguna posibilidad de extraerles lechita, lo cual lógicamente era imposible. Pero mi excitación estaba al máximo, al chuparme las tetillas yo alzaba mi cola levantándola de la colchoneta y pegando mi abdomen a su cuerpo, sintiendo su verga en mi verguita y mi escroto.
Luego levanto su cabeza, y siguió acariciando la parte de atrás de mi cuello con su mano y, mientras miraba fijamente mi rostro me dijo:
-¡Que linda te ves, María! ¡Que carita tan hermosa!
Yo estaba respirando fuerte, con la boca abierta y los labios rojos deseosos de algo más, algo que no comprendía. Y entonces sucedió.
Sin dejar de mirarme a los ojos, acercó sus labios a los míos y me besó en la boca. Un piquito primero y luego con sus labios chupando los míos, con su lengua dentro de mi boca que jugueteó con mi lengua.
¡Mi primer beso! ¡Jamás lo olvidaré!
Un choque eléctrico recorrió todo mi cuerpo de forma maravillosa. Se sentía diferente, no era solo sexo. Ese día conocí el sabor de algo que, mucho tiempo después supe lo que era: ¡Así se siente y así sabe el amor!
Con el sabor de su boca y con la sensación recorriendo mi cuerpo, mi reacción fue automática, mis brazos lo abrazaron rodeando su espalda, alzando mis caderas y pegando su cuerpo al mío, mis nalgas se separaron más y mi culo palpitaba, mi verguita pequeñísima, tuvo una reacción química inevitable, se puso dura (aunque nunca creció), lanzó un chisguete insignificante de eyaculación precoz, y ...
... volvió a desaparecer como si fuera una panochita apenas resaltada.
Al separar su boca de la mía, yo no me contuve, con mi voz delgadita, que me salía natural, sin tener que fingirla, empecé a decirle y a rogarle:
-¡Te amo mi amor! ¡Tómame toda! ¡Hazme tuya! ¡Méteme tu verga! ¡Ya! ¡Quiero sentirte todo! ¡Por favor cógeme ya! ¡Hazme el amor! ¡Por favorrr! ¡Yaaa cógemeee!
El sólo decía:
-Que preciosa estas María. Por fin voy a saber que se siente tenerte ensartada.
Entonces se posiciono entre mis piernas, las abrió y las levantó para ponerlas sobre sus hombros, puso su verga en la entrada de mi culo, y me hizo sentir su poder metiéndome un poco la cabeza, sólo para dármela más a desear… sólo para que yo me alzara y me empujara más hacia él y sentirlo entrar.
Y me fue penetrando poco a poco, moviendo su cadera en círculos, no había comparado su tamaño y no sabía si era mayor o menor que las otras, pero se sentía enorme, inmenso. Lo sentía resbalando en las paredes de mi culo y seguía entrando y saliendo un poco y volviendo a entrar por lo que yo ignoraba su tamaño. Realmente no importaba, mi consejo es que, cuando te metan una verga. ¡Disfrútala!, no la estudies.
Con mis piernas sobre sus hombros y su vientre sobre el mío presionando mi “puchita”, pegó como pudo su pecho a mí y volvió a besarme en la boca. Yo no lo soltaba, mis manos en su espalda lo apretujaban hacia mí, y se movían desde su espada baja hasta su cuello o subían hasta su cabeza metiendo mis dedos ...