1. Me estrenaron (5): Final feliz


    Fecha: 06/09/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Josel101, Fuente: CuentoRelatos

    ... entre su pelo. El ritmo que tomamos no era un baile, era una sinfonía, era amor, amor total, entregado, sin nada que lo interrumpa. Hasta que volvimos a la realidad.
    
    Las voces que no estábamos escuchando y los rostros que no habíamos mirado de pronto tomaron forma. Se escuchaba aplaudir, animar, darle instrucciones:
    
    -¡Rómpele el culo!, ¡Hazla gritar! ¡Acábala para que le demos una segunda vuelta!
    
    -¡Rellénale el culo! ¡Báñale la cara para acabarla de maquillar!
    
    Y entonces sucedió, tuve lo que algunos llamarían, un orgasmo por el culo. Y con las contracciones intensas de mi ano ya no pudo contenerse y empecé a exprimirlo. Ya había probado varias vergas y varios tipos de descargas. Esta era diferente, por eso creo que se asemeja a la sensación de un orgasmo, por eso tal vez le llaman así.
    
    Gabriel dejó de besarme y bajó mis piernas de sus hombros sin salirse de mi, hasta que su verga se fue desinflando poco a poco y se salió sola.
    
    Sin embargo, mi culo no detuvo sus contracciones ni yo los temblores de mi cuerpo, por lo que empezaron a bromear sobre mí.
    
    -¡Mírala! ¡además de nenita, la linda Juanita resultó ser una ninfómana! Jajaja
    
    -Nada más era que conociera la verga para que ya nunca la quiera dejar.
    
    Gabriel se retiró de mí y yo seguí acostado con las patas abiertas, los brazos extendidos, exhalando fuerte y casi gimiendo con un deseo de ¡más! que no podría explicar, parecía no tener llenadera, no me sentía cansado, el culo no me dolía y el placer me ...
    ... tenía aun en éxtasis.
    
    Por lo que fue algo muy fácil y sin encontrar resistencia, me dieron la vuelta poniéndome a gatas de nuevo y comenzaran a pasar todos de nuevo sobre mí. Ahora de dos en dos. Uno me tomaba, levantaba la cabeza y metía su verga parada a mi boca para que yo chupara y mamara con ahínco, con desesperación y con el gusto de hacerlos sentir más. Ya que ponerlos duros era mi responsabilidad, y yo era experto, sabía hacerlo muy bien. A veces acariciando sus huevos con una mano, y otras veces solo con la boca.
    
    Cuando lograba poner una verga como fierro duro y caliente, se iba a la parte atrás, me abría las nalgas y me ensartaba sin contemplaciones. Mi culo abierto no necesito pausas, las más gruesas, causaban un poco de dolor al entrar, pero yo las había catado a todas. No les temía, todas me cabían. Yo lo sabía, lo sentía, lo gozaba.
    
    Mientras era ensartado por una, otra se metía en mi boca para hacer el trabajo necesario, para ponerlas al punto y para disfrutarlas. No había análisis, no había restricciones y no había porque ocultar el gusto y el placer que sentía siendo la nenita de todos ese día.
    
    El tema de cogérmelos yo no surgió de nuevo, no era importante y no iba a suceder jamás. Para que eso ocurriera, primero tendrían que pasar tres cosas:
    
    Eso era el cielo, eso era algo maravilloso, eso era algo que, si no fuera porque no me gustan los hombres, además de las restricciones sociales y de familia que eran muy fuertes, yo lo quería como única ...
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