Por ti, Alex, incluso lo hago con mi hermano - Relatos Eróticos

Por ti, Alex, incluso lo hago con mi hermano

Estas líneas que escribo son por encargo de luisa, mi mejor amiga, quien me contó esta experiencia estando de cañas una tarde. La conversación que como casi siempre, se fue yendo hacia lo escatológico y lo sexual, me pareció susceptible de ser contada y ella me dio permiso para hacerla pública.

Intentaré no irme por las ramas y no llenar el relato de adornos y detalles irrelevantes.

Un fin de semana, muchos años atrás, teniendo luisa 19, sus padres se fueron de fin de semana a la casa del pueblo. Tanto ella como su hermano que por aquel entonces tenía 21, decidieron quedarse para gozar de la libertad que da la ausencia de padres en el hogar.

Ese mismo sábado, Carlos, que así se llamaba su hermano, quedó con Alex, su mejor amigo, para tomar algo y calentar motores antes de irse por ahí de fiesta hasta las tantas de la madrugada como acostumbraban.

Luisa, al enterarse de que Alex iría a casa, no tardó en poner en marcha la maquinaria y planear como podría llamar su atención, pues llevaba toda la vida sintiendo una atracción irrefrenable por él.

No era reprochable pues el tal Alex tenía una planta espectacular: metro noventa, espaldas anchas, trabajadas a base de practicar natación desde bien pequeño, media melena castaña, mandíbula cuadrada, ojos verdes claro, hoyuelos, pectorales contorneados, pero sin exageraciones, el six pack protocolario para completar el conjunto, cintura fina y piernas trabajadas para compensar la anchura del tren inferior. ...

... Sinceramente, según me lo describía, me gusto incluso a mí que soy heterosexual bien definido. Pero a cada cual lo suyo, Alex era un monumento.

Pues bien, Luisa se puso el objetivo, como hemos dicho, de llamar su atención. No le sería fácil, pero tampoco imposible. La buena de luisa sabe sacarle partido a su cara de niña, con esos ojitos azules, cara redondea, cintura finísima en contraste con su 95 de pecho y el culo de gimnasio que tan orgullosa esta de tener con apenas 3 horas de trabajo a la semana. Se puso un poco de maquillaje, un poco de mini falda y otro poco de escote. Con eso básicamente sabía que robaría alguna mirada.

Como decía, el sábado a eso de las 17h llego Alex a casa. Luisa abrió la puerta y le indicó que Carlos estaba en el salón viendo el partido de futbol de turno. Mantuvieron una charla cordial y breve y se fue con Carlos.

Luisa que ya iba sugerente al abrir la puerta, se fue a terminar de tejer la trampa. A la media hora apareció por el salón como quien no quiere la cosa

-Hola, ¿Qué hacéis? – se interesó rompiendo el hielo.

-¡Ay Luisa no des guerra por favor, vete de aquí! – respondió Carlos.

-No seas así Carlos, que también es su casa - medió Alex.

-Eso Carlos, que también es mi casa. ¿Qué veis?

-El partido, ¿no lo ves? – respondió enfadado Carlos

-¿Quién gana?

-Luisa por dios que a ti no te gusta el futbol, ¿Qué quieres?

-Hermanito, ¡que borde! Pues quiero una cerveza de esas frías que estáis tomando, que hay que decirlo ...