Por ti, Alex, incluso lo hago con mi hermano - Relatos Eróticos

Por ti, Alex, incluso lo hago con mi hermano

... hermano!

-Si, y además un poquito idiota, pero oye, eres muy guapo y la verdad es que se te está poniendo buen cuerpo con tanto ir al gimnasio, seguro que Lidia caerá - se rio – aunque a ella le gustan bien armados – y le guiño un ojo.

-Pues entonces no hay problema - y tanto Carlos como Alex se echaron a reír con complicidad.

Siguieron con las risas y escuchando música; cayeron otro par de cervezas. Cuando Carlos volvió rápidamente de coger otra ronda, se encontró a Alex y a su hermana riendo.

-¿Qué pasa ahora? ¿más secretitos Alex?

-No, para nada- se defendió su amigo.

-Si hermanito, sí. ¿Cómo es eso de que estas muy bien dotado? No sabía yo eso.

-Alex, serás cabrón – recriminó a su amigo cuya única respuesta fue una subida de hombros y una mueca de “perdón”.

-¿tan grande es?

-Bueno, aquí el melenita también anda bien, que está calladito, pero anda a la par – tiro de la manta Carlos.

-¿ah sí? a ver – dijo luisa

-Luisa no te pases - recriminó su hermano.

-Hijo que solo quiero verlas para ver si es verdad y comparar.

-Yo no tengo problema - dijo Alex

-Pues yo si. se opuso Carlos.

-Bueno pues tu Alex, a ver - dijo una entusiasmada Luisa

Alex ni corto ni perezoso y ya algo achispado, se levantó y hábilmente bajo el pantalón y el bóxer. Saliendo a la luz una verga de unos 18 centímetros medio empalmada ya por lo morboso de la situación.

-Alex por dios, ¿Qué haces? Guarda eso anda - abroncó Carlos.

-Joder, sí que es grande si ...

... – y estirando un poco la mano, Luisa la agarró, la miró con perplejidad inicial y empezó a subir y bajar la piel con suavidad haciendo que terminase por crecer del todo – ¿Carlos y dices que la tuya es más grande?

-¿pero se puede saber que hacéis? ¡ya vale! - casi gritó Carlos mientras se sentaba y se abría su cerveza dejando las otras dos en la mesa.

Pero Luisa ya no podía quitar la vista del objetivo y ni corta ni perezosa, se llevó la polla de Alex a la boca arrancándole un gemido. Carlos viendo esto, tan solo acertó a mirar para otro lado y alcanzar el mando de la tele para subir un poco el volumen mientras se ubicaba. Luisa sin embargo cada vez estaba más ubicada y comenzaba a coger ritmo con su boca y sus manos, la cuales usaba para masturbar y acariciar genitales simultáneamente. Carlos intentaba no mirar, pero también estaba algo achispado, y también había notado que su hermana era ya una mujercita muy agraciada. Y, según parecía, tenía ciertas virtudes que Alex estaba disfrutando. Aguantó lo que pudo, pero llegó un punto en el que dejó su cerveza en la mesa, y se acercó hacia donde estaba sentada su hermana practicándole la felación a Alex. Una vez allí, estiró su cuello para besar suavemente el cuello de su hermana al mismo tiempo que metía una mano por su entrepierna hasta llegar a la humedad de su sexo. Hábilmente rozó sus dedos por encima de la braga notando como ella era receptiva y empezaba a mover sutilmente sus caderas reaccionando al contacto. Carlos ...