Todo comenzó con un Derbi... - Relatos Eróticos

Todo comenzó con un Derbi...

... entre mis piernas, sus ojos fijos en los míos, y comenzó a desabrochar su cinturón. Exclama.

·"Hoy, te mostraré lo que es verdadero placer”.

Dijo, su voz ronca de deseo. Exclamó.

·"Pero, antes de nada. Empezarás por mí”.

Con un movimiento fluido, se liberó de sus pantalones, revelando su miembro erecto, impresionante con un tamaño enorme en su longitud. La visión me dejó sin aliento, una mezcla de miedo y excitación recorriendo mi espina dorsal. Dijo.

·“Tócame”.

Ordenó, su tono firme pero suave. Soltó.

·"Quiero sentir tus manos en mí”.

Con manos temblorosas, comencé a acariciarlo, sintiendo su calidez y firmeza. Él gimió suavemente, un sonido que me animó a continuar. Mis movimientos eran inseguros al principio, pero él guio mis manos, enseñándome cómo darle placer. Marco.

·"Más fuerte”.

Instruyó, y obedecí. Apretando y moviendo mi mano con más confianza. Dice.

·"Así, justo así”.

Sus gemidos se volvieron más intensos, y sentí cómo su miembro palpitaba bajo mi toque. De repente, me detuvo, tomando mi mano y llevándola a su boca, donde besó cada uno de mis dedos.

·"Ahora, es tu turno”.

Dijo, sonriendo maliciosamente.

·"Quiero sentir tu boca en mí”.

Me incliné hacia adelante, mi corazón latiendo con fuerza, y tomé su miembro en mi boca. Al principio, fue incómodo, tratando de adaptarme a su tamaño, pero pronto encontré un ritmo, moviendo mi cabeza arriba y abajo, usando mi lengua para explorar cada centímetro de él.

·"Mmm, ...

... sí”.

Gimió, sus manos enredándose en mi cabello, guiándome.

·"Justo así, más profundo”.

Lo tomé tan profundo como pude, sintiendo cómo su glande tocaba el fondo de mi garganta. Él jadeó, un sonido de puro placer que me encendió aún más. Mis manos se movían en sincronía con mi boca, acariciando y apretando, sintiendo cómo se tensaba bajo mi toque.

·"Dios, sí”.

Gruñó, sus caderas comenzando a moverse, follando mi boca con embestidas controladas. Exclamó.

·"Eres increíble, aprendes rápido”.

Sentí una oleada de orgullo y excitación, sabiendo que le estaba dando placer. Mis propios gemidos vibraban alrededor de su miembro, y él respondió con un gemido gutural, sus manos apretando mi cabello con más fuerza.

·"Voy a correrme”.

Advirtió, su voz tensa. Sugirió.

·"Si quieres, puedes tragar”.

Asentí, sin sacar su miembro de mi boca, y él se liberó con un grito de éxtasis, llenando mi boca con su esencia. Tragué lo que pude, ya que el resto, literalmente me baño, sintiendo cómo su sabor se extendía por mi lengua, un acto de sumisión que me hizo sentir aún más conectado a él.

Se retiró lentamente, sus ojos fijos en los míos, una mirada de satisfacción y admiración.

·"Eres muy bueno, muy bueno”.

Dijo, acariciando mi mejilla.

·"Y ahora, es mi turno de darte placer”.

Me recosté, mi cuerpo temblando de anticipación, listo para recibir lo que él tenía planeado. Me coloco de nuevo en cuatro, preparándome para lo que seguía. Comenzó a golpear mis nalgas ...