Una semana como juguete sexual - Noche del sábado
Fecha: 13/09/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Solben, Fuente: TodoRelatos
... turno”.
Alex aún estaba agitado y solo asintió con la cabeza, tomo su camino y salió del cuarto en silencio, yo me di la vuelta para ver a Arturo de nuevo a los ojos, comenzamos a besarnos otra vez, yo quede sumamente sensible y caliente con la follada previa así que como dos amantes, nos fuimos a la cama baja de la litera, sonó un poco pero ya no me importo nada, Arturo me recostó y luego se puso a mi lado, continuamos besándonos como adolescentes, de pronto el levanto mi pierna izquierda, sentí como quería dejar su pene en mi entrada, yo tome su pene y lo lleve directo a mi entrada que estaba lista para recibirlo, el suavemente y sin dejar de besarme comenzó a meterlo, yo lo abrace enterrándole mis uñas un poco, su pene era más grande que los demás y sentí como me abrió entera, solté un gemido ahogado “aaa…que rico…”, nuestros besos eran intensos pero los movimientos de Arturo al follarme fueron suaves y pausados, como si quisiera alargarlo, yo esperaba una reacción como la de don Oscar y Alex pero fue todo lo contrario.
A los pocos minutos de recostarnos, no solo los movimientos al follar bajaron de ritmo sino que también los besos, todo se volvió sereno y calmado, como cuando las olas débiles golpean las rocas, casi imperceptible pero claro en mi caso, sentí claramente como el pene de Arturo abría mi conchita de par en par, para luego retirarse hasta dejar el glande en mi entrada, debo decir que me sentí extraña, hasta ese momento la mayoría de veces las folladas ...
... que me habían dado eran frenéticas y llenas de euforia por parte de mi amantes, pero Arturo lo hizo lento, al principio pensé que sería algo más aburrido y que él lo hacía para no correrse tan rápido, pero a los pocos segundos le agarre el gustito y esos movimientos lentos que me permitían sentir cada centímetro de desplazamiento de su pene dentro de mí, me iniciaron unos cosquilleos de placer por todo el cuerpo, Arturo suavemente con su mano izquierda comenzó a masajear mis tetas, el único sonido que se escuchaba era de nuestros jadeos mezclado de vez en cuando con algunos gemidos reprimidos míos mientras Arturo apretaba mis pezones con manos a la vez que enterraba su miembro en toda mi conchita, nuestros besos apasionados se cambiaron a simples toques de nuestros labios, era una forma más calmada de follar pero sin duda tenia todos los tintes románticos que cualquier mujer desearía, el follar como un animal en celo era muy rico excitante pero también es fugaz y el experimentar esa calma me permitió ponerme a tope incluso sin estar siendo follada con rapidez.
Luego de unos minutos de caricias y besos suaves, Arturo levanto mi mentón para dejar expuesto de mi cuello, comenzó a besarme suavemente haciendo gemir y temblar totalmente, comenzamos a darnos caricias más rapidez y llenas de pasión, nos movimos un poco y Arturo se levantó de la cama para ponernos en la posición del misionero, nos cubrimos nuevamente y cuando se acercó a besarme nuevamente, sentí como también puso su ...