Clases Particulares 3 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 3

... está más delgada. Cuando nos conocimos estaba algo gordita y tenía bastantes complejos. De cara era muy mona y tenía un pelazo, con una melena rizada y pelirroja. Pero le perdía el dulce y no hacía nada de ejercicio. De padre irlandés y madre española llevaban viviendo aquí varios años por el trabajo del padre. Tenía un hermano un año mayor, Tom, que físicamente era parecido, con el pelo de color fuego y mismos ojos verdes, pero este hacia rugby, estaba fuerte y era muy popular. Tenía enamoradas a todas las chicas del colegio privado al que me metieron. Eireen en cambio era más cortada. Cuando entré yo nos hicimos amigas casi por descarte. Había unos cuantos grupitos de chicas que me ignoraban o que miraban con desdén. Yo era la nueva, y aunque el uniforme igualaba la apariencia a todas, había muchas pijas estiradas. A Eireen la toleraban por su hermano, pero yo no tenía esa protección.

Claro que no sabían con quien se estaban metiendo. Con diecisiete yo ya tenía mucha calle y las vi venir de lejos. Así que tome la iniciativa. Tenía en casa una navaja escondida y uno de los días me la lleve al colegio. Había estado fijándome en el grupito que se reía más de mí y empezaba a acosarme y me fijé que a la cabecilla le gustaba retocar su maquillaje en el baño antes del recreo. Solía pedir ir al aseo a la profesora cinco minutos antes de que sonara la campana. Ese día fingí encontrarme mal un rato antes y me mandaron a la enfermería. De allí me fue fácil escabullirme y esperarla ...

... en el baño. Estaba sola, sin su grupo de amigas, y aunque me sacaba una cabeza y veinte kilos por lo menos, la cogí por sorpresa. La tumbé en el suelo con una llave y me senté encima inmovilizándola. Entonces le pasé por la navaja por la cara, deslizando con suavidad el filo por sus mejillas.

- Escúchame bien, zorra. Como tú o alguna de tus amigas me toquéis un pelo vamos a tener un problema. No eres a la primera a la que rajo. Puede que me expulsen, me da igual, como si me internan en un correccional, pero a ti te va a quedar la cara bonita de por vida. Y cuando salga iré a por vosotras…

Se puso pálida y empezó a llorar, no se hizo pis encima de casualidad. La dejé en el suelo y me largué corriendo a clase rápido antes de que entrase alguien. Iba a ser mi palabra contra la suya en caso de que me denunciase, no había testigos. En el aula esperé a que salieran todos al patio y no quedara nadie y escondí la navaja en la cajonera de un chico que llevaba enfermo varios días y sabía que no iba a volver pronto al colegio. Luego me uní a Eireen en el recreo como si no pasase nada. Al salir de clase esa tarde me llamaron al despacho de la directora. Me pidieron que vaciase mis bolsillos y mi mochila. También registraron mi taquilla y cajonera, pero evidentemente no encontraron nada. Me hice la sorprendida y pregunté qué pasaba. Una denuncia anónima, me dijeron. Cuando salí del despacho me crucé con la niña y le guiñé un ojo, sonriéndola. Fue mano de santo, a partir de entonces ...