Quería ver a mi mujer con un antiguo novio
Fecha: 16/09/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Juan, Fuente: CuentoRelatos
... yo.
–¿Quieres salir a comer hoy?
–Oye, Juan, cuanto lo siento, pero hoy tengo un compromiso, quizá mañana. Nos llamamos ¿ok?
–Bien de acuerdo.
Ahora estaba convencido de mis sospechas, Ana y Carlos habían quedado a comer y, seguramente, a follar. Y, realmente, lo que me daba rabia era que no podría grabarlo.
A la hora de la salida de Ana me fui a su despacho, cuando ella salió la seguí hasta el restaurante El merendero de la Mari donde, evidentemente, la esperaba Carlos. Ambos se besaron y se sentaron en una mesa de la terraza.
Mientras comían no pararon de reír y darse la mano como dos enamorados, cuando terminaron los seguí hasta la casa de él. Hasta al cabo de tres horas ella no salió para ir a casa.
La curiosidad corroía mis entrañas, ardía en deseos de saber como habían estado follando durante esas tres largas horas.
Al llegar a casa le pregunte a Ana.
–¿Qué tal la fiesta, amor?
–Muy bien, me lo he pasado muy bien.
Estuve toda la noche dando vueltas en la cama imaginándome que es lo que habían hecho y como poner una cámara para grabar en casa de Carlos.
Después de varios días de indagar como controlar lo que sucedía en casa de Carlos y no encontrar como hacerlo, decidí contactar con un detective.
Este consiguió poner dos cámaras en la casa de Carlos, bueno en realidad las instale yo siguiendo sus instrucciones. Estas podían accionarse por control remoto (unos 100 m) y estaban muy bien camufladas. Coloque una en el salón y otra en ...
... el dormitorio.
Por suerte, Ana no había vuelto a ver a Carlos y yo me debatía en la duda de sí seguir espiando a mi mujer como follaba o pescarlos infraganti y montar un trío.
Decidí dar un empujón al asunto, y le dije a mi mujer que hoy llegaría tarde y que no me esperara a cenar pues tenía trabajo. Ella aprovecha para decirme que se ira al cine con su madre, cosa que era mentira como más tarde comprobé llamando a mi suegra.
A eso de las ocho Ana salió de casa vestida con un abrigo, yo la seguí, fue directa a casa de Carlos.
Aparque el coche y puse las cámaras en marcha justo cuando ella entraba en la casa, nada mas cerrase la puerta del piso Ana abrió su abrigo y yo me quede de piedra. La muy puta no llevaba nada debajo, solo un liguero y las medias. El abrigo cayó al suelo y Carlos abrazándola la beso. Ya me extraño ver a Ana con abrigo pues nunca, o casi nunca, lo usa.
Carlos la tomo en brazos, es un tipo bastante atlético, y la llevo hasta la mesa del comedor echándola en ella, le separo las piernas y comenzó a chuparle el coño, Ana puso sus manos encima de la cabeza de él.
–Amor no pares, así, así, no pares –gemía mi mujer
Carlos debía estar metiéndole la lengua hasta el fondo pues ella se revolvía de placer. Estaba sintonizando mejor el mini-televisor cuando oí un grito de mi mujer.
–¡aaaah! Me corro Carlos, me corro.
Carlos se puso de pie, se quitó el pantalón y comenzó a follarse a mi mujer allí mismo, encima de la mesa del comedor. No se le ...