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Mamá y hermana traviesas: Beatriz.
Fecha: 17/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... callada un pequeño momento, dio un pequeño suspiro y me dijo. -Mira hijo,el y yo somos casi de la misma edad y es por eso que bromeamos mucho, es solo un simple juego. -Eso no es un “simple juego”, veo como te mira y como te nalguea de «cariño» y créeme eso no es juego. Es por eso que mi papá siempre te reclama cuando ellos vienen. -Jajajaja yo sé que a veces se pasa un poco de la raya pero te aseguro que es solo juego hijo así que relájate. -¿Sí? Entonces en ese caso yo tambien quiero jugar así. -Mira, mira. Contestó mientras carcajeaba. -Ahora no solo te basta con verme tambien quieres tocarme, ¿no te bastó con lo que me acabas de hacer tonto? Ni lo sueñes de ninguna manera jugaré así contigo ¿que te pasa? -Por favor Betty no pido mucho, solo lo mismo que mi tío. Me dio la espalda y no pude evitar clavar la mirada en su culo, mi obsesión por tocarlo cada segundo se incrementaba más. -¡No! si te dejo hacer eso despues querras hacer más, eres hombre y los conozco no quiero lios ¿que te pasa? ¡Soy tú mamá!. Contesto con ése tono de voz que tanto me encanta. -No mamá te lo juro que no, solo quiero tener esos mismos privilegios que tiene mi tío. Soltó una carcajada burlona. -¿Ahora resulta que mis nalgas son un privilegio? tenias que ser hombre. Se puso seria y me dio la espalda una vez más. -Sabes, desde que recuerdo he tenido el mismo problema, no sé por qué les causo tanto morbo, te sorprendería saber quienes me han hecho infinidad de ...
... propuestas. Hizo una pequeña pausa y me hizo la pregunta que terminó por hacerme perder el control. -¿De verdad te gusta mucho lo que ves? Preguntó con un tono muy cachondo mientras volteaba y me regalaba una sonrisa. Mi excitación se apoderó de mí y no me pude contener, me abalancé sobre ella, la tomé y la giré de manera que me diera la espalda, con mi brazo derecho puede rodear su diminuta cintura mientras con la otra alcance a tomar su teta izquierda, me sentí en la gloria, pegué mi nariz a su cuello y pude olfatear ese delicioso aroma que siempre dejaba al caminar junto a mí. Beatriz un tanto confundía y nerviosa comenzó a forcejear para que la soltara. -¡Déjame Carlos! Nos van a ver. El hecho de que forcejeara conmigo me excitó de sobre manera y seguí manoseándola a mi antojo. Comencé a tocar con desesperación sus tetas y comencé a morder su cuello. -¡Suéltame nos van a ver! Decía desesperada, mientras volteaba hacia la puerta asegurándose de que nadie estuviera cerca, pero una pequeña sonrisa nerviosa al forcejear delató que no le molestaba del todo. Tal vez fue el alcohol no lo sé, pero siempre le ha encantado sentirse deseada. -Prométeme que podré hacer lo mismo que mi tío. Repliqué de manera imperativa. -Lo voy a pensar, pero ya déjame, nos van a ver. Me contestó con un tono exaltada por el temor a que nos descubrieran. En este punto ya no me podía controlar, la tomé por el cabello desde la nuca y la empujé de manera que su pecho ...