¡La Concha de mi Hermana! [09]
Fecha: 17/09/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos
... Ganaste esta batalla. Fue la decisión menos mala. Aunque en el momento me pareció...
—Un horror —completó ella, divertida.
—Exacto.
Se acomodó en el sillón, cruzando los brazos.
—Pero admitilo, manejé la situación con dignidad. No lloré. No grité. No le pegué a nadie.
—No. Solo te quedaste en tetas frente a nuestra jefa y a una auditora casada.
—Bueno, ahora que lo decís así… eso sí me dio un poquito de morbo. No por Stella, que ya me vio hasta el segundo apellido. Pero… Silvina… es un poco estirada, pero linda.
—Hubo un poquito de “sin querer queriendo”
—Bueno, sí —sonrió—. Estaba muy avergonzada, pero…
Nos reímos los dos, al mismo tiempo. Y por un instante, todo pareció más liviano.
Pero no duró mucho. Porque, aunque intentáramos disfrazarlo con chistes, sabíamos perfectamente que ese día había dejado marcas.
* * *
Y Stella… Stella simplemente se sirvió otro café. Con su sonrisa de huracán en calma.
Creí que ya habíamos alcanzado el límite del caos.
Error de principiante.
Porque justo cuando pensaba que Katia iba a disculparse, a salir discretamente de la sala, o a quedarse quieta al menos —solo eso, quieta, como una planta de oficina avergonzada—, empezó a desabotonarse lo que quedaba de su camisa. Así, con total naturalidad. Como si estuviera en su casa. Como si no tuviera enfrente a una señora que parecía haberse planchado hasta las emociones.
—Tranquilos —dijo Katia mientras tiraba la blusa sobre el respaldo de su ...
... silla—. Lo arreglo en un segundo. ¿Alguien tiene un clip?
Se quedó en tetas. Tetas y nada más que tetas.
Yo sentí cómo mi alma se evaporaba por los poros, abandonando lentamente el cuerpo. Lo único que me tranquilizaba un poco era que en ningún momento Stella había presentado a Katia como mi hermana.
Intenté reanudar la monótona charla sobre el balance trimestral y noté cómo la atención de Silvia Daneri se diluía. Porque sus ojos, que hasta hace unos minutos analizaban gráficos de inversión, ahora estaban fijos en los pechos de Katia, como si ahí hubiera una infografía reveladora.
—Estábamos hablando del incremento intermensual —intenté decir, tragando saliva, mirando la carpeta como si allí estuviera escrita la salvación—. Implementamos una estrategia de reordenamiento de partidas que…
Nada.
La auditora ni parpadeaba.
Su mirada seguía fija en Katia, que ahora forcejeaba con un clip como si estuviera desactivando una bomba plantada en su escote. El clip, en manos de cualquier mortal, habría sido solo eso: un objeto funcional. En manos de Katia, era un intento de ingeniería textil improvisada. Un arma blanca con riesgo de detonar algo más que botones.
—Interesante distribución de tensiones —dijo Silvia, muy seria, con la voz levemente más grave—. Aunque yo diría que ahí hay… un volumen acumulativo.
Me quedé helado.
¿Lo había dicho en serio?
¿Se refería al presupuesto?
¿A las tetas?
¿A la bomba?
Todo era posible. Especialmente con esa mirada ...