1. El deseo oculto (4)


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Gays Autor: RefRef, Fuente: CuentoRelatos

    ... fiestas, todo volvía a la normalidad.
    
    Raúl se apoyaba en la máquina de fotocopias, revisando su teléfono mientras esperaba que el ruido mecánico le devolviera los papeles que había solicitado. La oficina estaba inusualmente silenciosa para ser el primer día de trabajo, como si todos aún estuvieran arrastrando la resaca emocional y física de las celebraciones navideñas.
    
    Iván se acercó desde el fondo del pasillo. Al principio, quiso dar media vuelta al reconocer la figura de Raúl, pero su orgullo, mezclado con la curiosidad, lo mantuvo en pie. Se ajustó la corbata con un gesto mecánico, buscando aparentar una calma que no sentía, y finalmente se plantó junto a él.
    
    —Buenos días —dijo Iván, sin mirarlo.
    
    —Buenos días, Iván. ¿Qué… tal las fiestas? —Raúl levantó la vista del móvil, visiblemente incómodo, pero esbozó una sonrisa educada.
    
    Un silencio denso siguió a la pregunta, mientras ambos parecían medir cada palabra, como si cualquier frase pudiera desatar algo irreparable. Finalmente, Iván respondió.
    
    —Tranquilas. Ya sabes, familia, cenas, lo típico.
    
    —Sí, lo mismo por mi lado —Raúl asintió, apartando la mirada hacia la máquina, que aún vomitaba hojas lentamente.
    
    El sonido de las fotocopias llenaba el espacio entre ellos, pero ninguno parecía capaz de llenar el vacío con algo más. Aunque con algo de valentía, Raúl fue el primero en romper ese silencio.
    
    —Sobre lo que pasó…
    
    —No hace falta, Raúl. De verdad —Iván lo interrumpió de inmediato, con tono ...
    ... cortante.
    
    Raúl lo miró, sorprendido por la dureza en la voz de Iván.
    
    —Pero sí hace falta. Lo que pasó aquella noche… no fue solo el alcohol.
    
    Iván dejó escapar un suspiro, pasándose una mano por el cabello.
    
    —¿Y qué quieres que diga? ¿Qué sí, que fue increíble y que me arrepiento al mismo tiempo? ¿Qué no sé si tocarte o pegarte un puñetazo? Porque eso es lo que siento, Raúl. Justamente eso.
    
    Raúl se quedó en silencio, procesando las palabras. La máquina de fotocopias emitió un pitido al finalizar el trabajo, pero ninguno de los dos hizo el menor movimiento para recoger los papeles.
    
    —María no sabe nada —confesó Raúl, finalmente. Sus palabras salieron rápidas, como si temiera que quedarse callado fuera peor.
    
    —Ni lo sabrá —respondió Iván, con frialdad—. Porque esto… esto no tiene lugar, Raúl.
    
    El peso de las palabras parecía más insoportable que cualquier cosa que hubieran dicho antes. Raúl inclinó la cabeza, derrotado.
    
    —¿Ni siquiera una amistad?
    
    Iván lo miró fijamente por primera vez desde que comenzó la conversación. Su mirada estaba cargada de algo que oscilaba entre el resentimiento y la nostalgia.
    
    —¡Que te den!
    
    Raúl asintió lentamente, como si entendiera que había cruzado una línea que no podía desdibujar. Dio un paso hacia la máquina, recogiendo los documentos, y, sin mirarlo, murmuró.
    
    —Lo siento, Iván.
    
    Y se fue, dejando a Iván solo, mirando fijamente las hojas que ahora salían para él. Su pecho se sentía vacío, pero también aliviado. La ...
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