1. La búsqueda (V): ¿Te da morbo mamársela mientras duerme?


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MN_IS, Fuente: CuentoRelatos

    ... tercer involucrado en ese encuentro dormía, al parecer muy profundamente. Estaba boca arriba, con la cara echada al lado contrario al que dormían las amigas. Largas respiraciones hinchaban su pecho, donde el bello hacía pequeños remolinos. Moní tardó en descubrir a qué se refería Isa con “algo gracioso”. El miembro de Mario se había erguido considerablemente. Apenas Moní notó esto, Isa empezó a acariciarlo.
    
    —En sueños, sigue cogiendo con nosotras —terminó por decir Isa.
    
    Moní se quedó asombrada y triste. ¿Era eso lo que quería mostrarle? ¿No estaban ellas dos muy cómodas hace un momento? ¿Por qué integrar a Mario, cuando éste no estaba ni siquiera despierto? Moní solo pudo decir:
    
    —¿”En sueños”? Pfff, a mí me parece que más bien es que has estado tocándolo mientras yo estaba dormida.
    
    —Bueno… un poquito. Pero piensa cómo debe estarlo viviendo él. Imagínate, para él mis caricias deben convertirse en una historia excéntrica e inexplicable. Quizá está vendado, atado a una silla, sin ropa, y diez Isas toman turnos para cogérselo.
    
    —¡Ves demasiada pornografía! Además, sí te creo que el profe Mario sueña que se coge a diez alumnas, pero ¿que todas sean Isa?
    
    —¡Todas son yo, mi amor!
    
    Llevada por ese “mi amor”, Moní tomó la cara de Isa y comenzó a besarla, confiando en que eso la alejara un poco de Mario. Le besó las mejillas, la comisura de los labios, los brazos y, finalmente, el pecho. Pero mientras más se excitaba Isa, con más interés masturbaba a Mario. Lo ...
    ... cierto es que Moní había llegado a tener, por momentos, una cercanía muy fuerte con el hombre. Cada vez le daba más morbo estar con él. En ese momento, de hecho, le daba mucho morbo ver su pene erecto. Sin embargo, también experimentaba por él muchos celos.
    
    —Pfff. Mejor te dejo con tu juguete —dijo; luego le pareció que podía abrir una posibilidad para que Isa regresara con ella, y agregó: —Mámasela para que termine rápido, y atiéndeme un poco.
    
    —No se la quiero mamar —contestó Isa, muy segura de lo que estaba diciendo.
    
    —¿Y eso?
    
    —¿Sinceramente a ti te gusta meterte una verga en la boca? —mientras decía esto, Isa no había dejado de masturbar a Mario.
    
    —Pues… No es ni de lejos lo más estimulante del sexo, pero da morbo ¿no?
    
    —Exacto, ¿y por qué da morbo?
    
    —¡Qué sé yo!
    
    —Yo sé por qué me da morbo a mí —siguió Isa, tomando un tono aleccionador. —Me gusta ver cómo los hombres sufren para evitar eyacularnos en la boca. Les encanta (les “mama”, nunca mejor dicho) vernos meter y sacar, sentir nuestra técnica en su cabecilla, oír el clup-clup de nuestras lenguas y gargantas. Y luchan. Luchan contra sí mismos porque lo que más quieren en el mundo es llenarnos la boca de semen, pero creen que serían “poco hombres” si no aguantan hasta poder penetrarnos. Ver esa lucha en sus ojos, en sus quejidos, en sus músculos que se tensan: eso es lo que yo disfruto.
    
    —Te pusiste filosófica —dijo Moní, queriendo hacer un cumplido. —Me pone muy caliente que hables así.
    
    —Es porque el ...
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