1. La búsqueda (V): ¿Te da morbo mamársela mientras duerme?


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MN_IS, Fuente: CuentoRelatos

    ... a presionarlo, ayudándose de boca y manos, contra la entrepierna de su amiga. El procedimiento era complicado, porque la misma cabeza de Isa evitaba que Moní pudiera acercarse todo lo que quería. Pero no importaba, Moní no necesitaba rozar verdaderamente el pene de Mario, sólo necesitaba estar a punto de hacerlo; sentir el aliento de Isa, y que pareciera que Isa se la estaba mamando a ella. Después de un rato, Moní dejó de intentar acercarse y empezó a masturbarse rapidísimamente enfrente de la cara de Isa, quien empezó a hacer lo mismo con la mano que no usaba para apoyarse en la cama.
    
    —Me lo quiero coger —dijo Isa.
    
    —Voy primero —dijo Moní
    
    Moní, cuya vagina estaba mucho más cerca de Mario, necesitó solamente un par de segundos para introducirse completamente el miembro. Mario dio un gemido profundo y grave, casi un quejido. Él estaba completamente rígido y ella increíblemente húmeda, por lo que el miembro de Mario salió de golpe dos o tres veces, y se deslizó por toda la vulva de Moní, rozando su clítoris. A ella eso le parecía delicioso; aunque cada vez que pasaba, Isa, verdaderamente molesta por que le hubiera ganado el lugar, le decía:
    
    —¡Ve! Ni siquiera lo puedes conservar dentro. ¡Mejor me hubieras dejado a mí! —y besaba a su amiga con ira, mordiéndole el labio inferior y pellizcando sus pezones.
    
    La cuarta vez que ocurrió eso fue porque Moní tuvo un orgasmo, que la dejó un par de segundos inhabilitada para volver a cabalgar a Mario.
    
    —Tú ya estás. ...
    ... Déjame —dijo Isa.
    
    —¿Qué me ofreces? —contestó Moní, mientras se colocaba el glande nuevamente en la vagina.
    
    —Déjame que lo monte un rato y me ocupo de ti… como en el café… ¿va?
    
    —No. Quiero tener algo más contigo —dijo Moní mientras seguía introduciéndolo.
    
    —¿Quieres que tengamos unas tijeras?
    
    —Sí.
    
    —Bájate, entonces.
    
    Isa montó a Mario unos minutos. Moní la dejó hacer y la vio desde lejos, saboreando por anticipado lo que la esperaba. Los pechos de su amiga botaban con el ritmo. Mario ya no podía estar dormido. Nadie aguantaría eso. Y, sin embargo, el profesor, que bufaba, no abría los ojos ni movía ninguna parte de su cuerpo, más que la cabeza, cada tanto. Moní quiso ponerlo a prueba, y lo besó. Mario correspondió al beso de inmediato.
    
    —¡Eso! Bésalo —dijo Isa, mientras empezaba a perrear intensamente, con subidas y bajadas, a lo largo del miembro.
    
    Mario contrajo su torso y sus rodillas. Había probado que en esta posición, era menos proclive a eyacular, y quería evitarlo todo lo posible. Isa adivinó su intento y cambió también ella de posición. Se puso en cuclillas.
    
    —Así entra más, ¿verdad? —dijo, mientras se lo cogía así.
    
    Mario duró segundos después de eso. Esta vez no habían usado condón y Mario le acabó dentro. Tanto Isa como Moní tomaban pastillas; olvidar el condón era un asunto de higiene.
    
    Isa no había terminado y Moní estaba allí, recostada, abierta de piernas y destilando un dulce olor a sexo. Isa fue hasta ella, le levantó una pierna (que ...
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