1. Intercambio entre hermanas - completo (cap. 07)


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Abel Santos, Fuente: TodoRelatos

    ... tarifa de puta de lujo.
    
    Marta respiraba cada vez más agitada y el pajeo de mi polla aumentaba en velocidad.
    
    —Lo curioso es lo que se le ocurrió a tu linda hermana.
    
    —No me digas más, ella quería hacer el trío… Dime que te las has follado a las dos, por favor, Fran… dímelo, por tu padre…
    
    —Ni de coña… —repliqué—. Lo que tu hermana quería es que yo follara con Regina, su seudónimo profesional, y ella mirar mientras tanto.
    
    —Joder, pues más o menos lo que yo te digo. Era una buena oportunidad. Empiezas con la puta Regina y Ana se va calentando… De pronto, te lanzas por sorpresa hacia ella y la empotras contra el armario sin que se queje ni media. Si me dices que esta noche no te la has terminado de follar, me voy a empezar a mosquear. No sé si estás conmigo o contra mí. Tienes que follártela sea como sea. Si no… todo el esfuerzo será para nada.
    
    —Vale, vale… lo recuerdo… —asentí—. Aunque esta noche no ha pasado nada de eso, deja que te siga contando.
    
    —Joder… Está bien, te escucho…
    
    —Ana insistía en que ella quería mirar como la follaba, que eso le hacía mucha gracia. Yo le decía que no, que trescientos pavos era mucha pasta. Regina nos miraba sin parpadear, se veía que se lo estaba pasando en grande, aunque no fuera a captarnos como clientes. ¿Y qué va y suelta de repente tu querida hermana?
    
    —¿Qué…? —Marta me miraba lasciva.
    
    —Pues que ella me lo pagaba. Que por dinero que no fuera…
    
    —¡Joder! Tenía que estar bien caliente mi hermanita…
    
    —Ya te ...
    ... digo…
    
    Apretó más mi pene con los dedos y preguntó ansiosa.
    
    —¿Pero al final… nada…?
    
    —Ya te he dicho que no, que me negué. La chica era muy limpia y todo eso, pero yo no soy de pagar para arriesgarme a que me peguen algo. Ni de pagar, en general. Total, que tiré de Ana y dejamos a Regina divertida, pero sin clientes.
    
    »Tu hermana puso morritos de disgusto, pero enseguida se olvidó del asunto. Seguimos buscando un garito y al fin encontramos uno que nos agradó a los dos. Entramos y pedimos dos copas. Y luego otras dos. Y luego otras. Total, tres copas por cabeza de esa mierda de garrafón que dan en esos sitios.
    
    —¿Y ya está?
    
    —Qué va. La cosa no queda ahí. A tu hermana las copas le han debido de sentar fatal.
    
    —¿Y eso…?
    
    —Pues, verás… Resulta que se fue al baño y, mientras volvía, una tía me entró. Solo quería sacarme una copa, lo típico. No es la primera vez que me pasa, ya te he contado alguna de ellas. Pero en este caso la chica era demasiado joven, tal vez menor, y se la veía borracha, así que le dije que se buscara a otro pardillo. Cuando Ana volvió del baño, la chica aún insistía en lo de la copa, y hasta se había sentado sobre mis piernas.
    
    »Y, en fin, Ana resolvió el asunto de la manera en que mejor sabe hacerlo. Se hizo la sueca, como si no me conociera… Apartó a la chica de mis piernas, tirándole de un brazo. Luego se sentó en el lugar que había dejado vacío la chiquilla y empezó a fingir que me besuqueaba el cuello.
    
    —Joder… ¿y tú que hiciste?
    
    —Pues ...
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