1. Intercambio entre hermanas - completo (cap. 07)


    Fecha: 20/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Abel Santos, Fuente: TodoRelatos

    ... soltado una de las manos de la mujer y la había abrazado a su pene, cerrándole los dedos con fuerza y sujetándola para que le masturbara. Tras unos segundos de acompañarla en el movimiento, le soltó la mano y Marisa lo siguió pajeando, ahora por voluntad propia.
    
    El speaker iba coreando cada movimiento de los participantes de la violación grupal y el público los vitoreaba como si de gladiadores de un circo romano se trataran. Hasta se llegó a formar una ola entre el público, en la que el más efusivo de los partícipes era el propio marido de la ultrajada.
    
    Durante los siguientes minutos se representó un maremágnum de violencia síquica y física sobre la mujer.
    
    Ana y yo nos preguntábamos todo el tiempo si era ya el momento de abandonar el cruel espectáculo, pero ninguno de los dos tomó la decisión de hacerlo. Se diría que aquel bochornoso show nos había dejado clavados a la butaca.
    
    Vimos al hombre de entre las piernas penetrar a Marisa con salvajismo. La mujer gemía y arqueaba la espalda. Había momentos en que creía que disfrutaba de aquello, aunque pareciera imposible.
    
    Mientras el tipo entraba y salía de su vagina, de vez en cuando la azotaba en el culo, alzando sus piernas para acceder a su trasero, y lanzaba unas risotadas triunfales.
    
    Entre tanto, los dos hombres de la parte superior, la tiraban del pelo reclamando para sí su boca, peleándole al otro el turno en que Marisa debía meterse cada polla y succionar de ella. La mujer obedecía al tirón de pelo y ...
    ... giraba la cabeza, se introducía el miembro que tocaba y el afortunado con posesión del turno se la incrustaba en la garganta, apretándola en su interior hasta que la mujer mostraba síntomas de asfixia. Cuando la soltaba, Marisa daba una arcada llena de babas y el hombre le follaba la boca sin piedad durante un tiempo prudencial, al final del cual el otro exigía su turno.
    
    El menos afortunado de los cuatro, el que se hallaba en un lateral, se dejaba masturbar mientras sobaba y chupaba de los pezones de la mujer. Si en algún momento a ésta se le ocurría dejar de mover la mano, el tipo le atizaba una azote en los pechos que podía oírse en el patio de butacas. A Marisa no le quedaba otro remedio que volver a pajearle si no quería recibir un nuevo golpe. Eso debe de doler, pedazo de cabrón, pensaba con odio hacia el tipejo.
    
    Ni Ana ni yo podíamos apartar la mirada de aquel escenario, por mucho que nos lo proponíamos. De pronto, ella me hizo una seña y me pidió que mirara al marido de Marisa. El muy cerdo, se había bajado los pantalones y se masturbaba mirando lo que aquellos cabrones hacían con su mujer en el escenario. No tenía ni idea de si su motivación era el dinero que supuestamente iban a recibir, pero aquel tiparraco disfrutaba del espectáculo al margen de los aspectos económicos.
    
    Hubo un impasse en el que no parecía que nada nuevo pudiera ocurrir. Pero el inciso se rompió cuando el tipo que la penetraba empezó a gruñir y, sacando su miembro de la vagina de Marisa, ...
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