La aventura de mi amiga Fe (3) - Relatos Eróticos

La aventura de mi amiga Fe (3)

Este relato es continuación de la segunda parte de La aventura de mi amiga Fe (2), en la que narro los escarceos sexuales que mantuvimos el verano pasado mi compañera de trabajo, casada y recién cincuentona, Fe, y yo. Dada la extensión, he preferido dividir el relato en dos partes. Es mejor leer primero las dos partes precedentes, especialmente la segunda, para disfrutar completamente de esta tercera parte. Este es el vínculo al relato que cuenta el comienzo de la noche con Fehttps://www.todorelatos.com/relato/235892/

La primera parte de esta historia finalizaba con Fe ofreciéndome cumplir una fantasía con ella. Lo que le pedí fue que me dejara correrme en su cuerpo, para poder verla recién follada cubierta por mi semen. Así lo hicimos y ahí terminaba la parte anterior. Continúo, intentando ser lo más fidedigno a la realidad.

Después del desaguisado que provoqué con mi eyaculación masiva, ella se tuvo que duchar. Limpita y reluciente, volvió a la habitación tras unos minutos, con una sonrisa de oreja a oreja y ágilmente se tumbó junto a mí. Estuvimos un buen rato hablando de cosas insustanciales, muy a gusto. Pasado un tiempo, volví a la carga y empecé a acariciarle los muslos, mientras volvía a besarla una vez más.

-Bueno, Fe, ya sabemos cuál era mi fantasía y la hemos cumplido.

-Vaya si la hemos cumplido. Me has duchado entera, ja, ja, ja.

-Perdón. Espero que no te haya resultado desagradable.

-No, que va, tiene su morbo.

-Y a ti, ¿qué te da morbo? ¿Qué ...

... te gustaría que te hiciera?

-Uff, no sé, ¿más cosas de las que ya me has hecho?

-Piensa un poco, mujer. Saca esa Fe salidorra que llevas dentro.

-Últimamente la estoy sacando demasiado. Sobre todo, contigo.

-Pues a mí me encanta esa versión de ti. No la conocía y me encanta.

-Tengo que reconocer que yo tampoco la conocía. Me sorprende mucho algunas cosas que hecho contigo.

-Venga, que es nuestra última noche juntos. Habla o calla para siempre.

Esto último hizo efecto en Fe. Estaba claro que conmigo se atrevía a cosas que con su marido no. Como lo que estábamos haciendo no se podía verbalizar con nadie más, ni siquiera entre nosotros una vez terminase esa aventura efímera, se había creado un espacio de irrealidad, que nos hacía pensar que lo que estábamos haciendo no era del todo real. Por tanto, sentíamos que podíamos hacer lo que quisiéramos, que una vez hecho sería como si no hubiese ocurrido nunca, por lo que ella no tendría ningún cargo de conciencia por su infidelidad y podría continuar como si tal cosa con su matrimonio con Iván y con su amistad inocente y sincera conmigo. Por eso se atrevió a contarme sus fantasías.

-Bueno, hay una cosa que hice una vez con Iván que me gustaría repetir contigo. A él me da vergüenza pedírselo. Me lo hizo una vez que había bebido un poco y me gustó mucho.

-Cuenta, cuenta.

-Me gustaría que me hicieses el amor a cuatro patas, como si fuese una perrilla.

-¿Solo es eso? Fácil entonces.

Nos besamos durante ...