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La aventura de mi amiga Fe (3)
Fecha: 21/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: MaduroCastellano, Fuente: TodoRelatos
... un rato y yo la empecé a masturbar. Cuando los dos estábamos nuevamente excitados, le dije: “Vamos, ponte en posición”. Se puso a cuatro patas. La visión de ella por detrás era impactante. Al estar muy delgada, su sexo y su ojete se veían perfectamente desde detrás, pues no tenía unos muslazos ni un culazo gordo que lo ocultasen todo, como suele ocurrir con las mujeres de su edad. Sus labios vaginales grandes quedaban resaltados a cuatro patas. Pero lo más impactante, sin duda, era la visión de su ano. Era algo completamente obsceno y pornográfico. Una visión muy morbosa que en ese momento pensé que hubiera preferido ahorrarme, pues no era particularmente agradable. Unas nalgas pequeñas y un orificio anal realmente grande, semiabierto, que dejaba ver el interior. Mucho vello alrededor del ojete y una protuberancia en un lado del orificio, que imaginé que era una buena hemorroide. Fe es de esas mujeres que cuando lleva pantalones un poco ceñidos produce el efecto de que se le meten por el culo. Entendí que era debido a que tenía las nalgas muy separadas, motivo por el que ahora, desnuda y a cuatro patas, mostraba para mí, sin secretos, ese ojete que no dejaba absolutamente nada a la imaginación. Pensé que con esa abertura no me costaría demasiado darla por culo. Yo mismo me avergoncé al momento de tener ese pensamiento sobre mi inocentona amiga Fe (¿o no tan inocente?). Estaba yo absorto en mis elucubraciones cuando ella, que llevaba medio minuto a cuatro patas sin hacer ...
... nada, me dijo: -Te lo estás pensando mucho. - Ah, perdona. Voy. Cogí mi polla y la introduje en su coño desde atrás. -Aaaaaah. [Gritó ella, con sorpresa] -¿Te he hecho daño? – pregunté asustado. -No, es que la tienes muy grande y me la has metido muy dentro. En esta postura la penetración es muy profunda, por eso me gusta, pero claro, Iván no llega tan dentro como tú – se reía mientras lo decía. -Perdona, iré poco a poco. -Parece que me va a salir por la boca, ja, ja, ja. -No será para tanto. Continué follándola despacio, metiendo y sacando totalmente, y una vez dentro, combinando penetraciones en las que solo metía unos centímetros con otras en las que llegaba hasta el fondo de su chumino, momento en el que ella daba unos gemidos profundos y largos que me ponían super caliente. Mientras, yo no podía dejar de mirar su ano, desagradable, pero morboso. Ciertamente, Fe ya no tenía absolutamente ningún secreto para mí, al menos en el plano físico. Acostumbrado a Fe, que le daba gran importancia a cualquier cosa, no me sorprendió que su fantasía fuese hacerlo a cuatro patas, postura normal, pero que, a ella, tan religiosa, supongo que le haría pensar que se estaba comportando como una auténtica furcia salidorra. La sorpresa vino después. Mientras la follaba, con una mano la masturbaba el clítoris. Pensé que no lo estaba haciendo bien, porque, de improviso, ella me cogió la mano y me la retiró de su chocho. -¿No te gusta lo que te hago? -Sí, ...