-
Las mujeres de mi familia (IV)
Fecha: 23/09/2025, Categorías: Incesto Autor: VickySG, Fuente: TodoRelatos
... cabeza esa deliciosa escena lésbica entre mi prima y mi hermana, dos cuerpecitos jóvenes y vírgenes con tanto por ofrecer. Me hice una paja pensando en el inexperto coño de mi hermanita, sin un solo pelo, cubierto únicamente por la saliva de nuestra prima y sus propios fluidos. La imagen de las tetazas de Uxue también fue decisiva para correrme. Lo que sucedió esa noche no cambió nada. Ambas seguían yendo tras de mí durante el día, especialmente cuando trabajaba. Pero yo ya sabía lo calientes que se ponían al verme y lo que hacían después entre ellas. Eso me motivaba a saludarlas, a marcar músculo. Quería provocarlas, me ponía cachondo saber que esas dos monadas se excitaban mirándome. Desde aquella noche, cada vez que mi tía venía buscando sexo, no podía evitar pensar en las chicas. Quería creer que no tenía una favorita, pero la simpatía de Uxue, y sobre todo sus tetazas, acudían con demasiada frecuencia a mi cabeza. Era extraño follarme a Idoia mientras pensaba en su hija, pero que compartieran casi el mismo tamaño de pecho, me ayudaba a ponerme en situación. Tanto mi tía como las dos muchachitas se convirtieron en mi único entretenimiento, cada una en su estilo. La abuela había aceptado definitivamente mi presencia, pero desde el polvo no había vuelto a prestarme la más mínima atención. Mi madre parecía una guerra perdida, ni siquiera me dejaba acercarme a ella, aunque estaba decidido a seguir intentándolo. Un caso aparte era Olga. Mi hermana mayor pasaba más ...
... tiempo en el pueblo que en la masía. Casi cada tarde se vestía con ropas cada vez más cortas y cogía mi bicicleta. Aunque ya me había acostumbrado a la vida en la masía, los días se hacían largos y aburridos. Todo lo que no era follar y trabajar, eran horas de soledad en un sitio que no ofrecía ningún tipo de entretenimiento. Yo era el único con teléfono móvil, pero allí arriba no había cobertura ni conexión a Internet. Decidí preguntar a las más jóvenes si había alguna forma de entretenerse que yo no hubiera descubierto aún. - ¿Vosotras qué hacéis cuando no estáis trabajando? - Muchas cosas. - Respondió Uma. - ¿Algo que pueda hacer yo también? - Puedes venir a leer con nosotras a la biblioteca. - Contestó Uxue. - ¿Tenéis libros? - ¡Muchísimos! - Dijeron las dos a la vez. La casa era enorme y tenía muchos rincones que aún no había explorado. Leer nunca había estado entre mis actividades preferidas, pero en ese momento me parecía una oportunidad maravillosa. Me llevaron a una biblioteca polvorienta, llena de estantes con cientos de libros. Todos tenían algo en común: estaban escritos por mujeres. Había grandes obras de la literatura española y mundial, pero también novelas que me resultaron totalmente desconocidas. Todos los libros eran antiguos, hacía décadas que no se añadían novedades a esa extensa colección. Las chicas me recomendaron algunos de sus favoritos. Era probable que de esas páginas hubieran aprendido casi todo lo que sabían de la vida, ...