Las mujeres de mi familia (IV) - Relatos Eróticos

Las mujeres de mi familia (IV)

... escena similar a la de aquella noche. Yo estaba leyendo en el desván y volví a escuchar que alguien se acercaba. Podían ser ellas o mi tía, pero llamaron a la puerta. Les dije que podían pasar, pero, para mi sorpresa, solo estaba Uxue. Era la primera vez que veía a una sin la otra.

Entró con timidez y se sentó a mi lado en el colchón. La luz de la luna entraba por la ventana y se reflejaba en su melena rubia. A lo largo de los meses, había tenido dudas, pero en ese momento lo vi claro, ella era la más bonita de todas. Tanto por fuera como por dentro. Era la única que conservaba la inocencia, aunque estaba allí para que le arrebatara gran parte de ella.

- ¿Has venido a hacerlo?

- Sí.

- Vale, túmbate como Uma la otra noche.

- No, quiero que te tumbes tú.

- Está bien, como tú prefieras.

Los dos nos desnudamos y Uxue se sentó sobre mi cintura, haciendo que mi polla golpeara su culito. Se quedó un rato en esa posición, meneando las caderas y embadurnando toda la zona con sus fluidos. Yo comencé acariciándole la cara y fui bajando hasta sobar sus perfectas tetas. Tiré un poco de ella para que se agachara y acercar sus pezones a mi boca, provocando sus primeros gemidos.

La joven se elevó ligeramente y me agarró la polla. Tras manosearla un poco, dirigió la punta hacia el agujero de entrada de su virginal coñito. Le costó metérsela, porque sabía que le iba a doler, pero aun así la introdujo y descendió para romperse el himen y tener toda mi polla en su ...

... interior. Al contrario que Uma, ella no se quejó, pero dos lágrimas surcaron su cara. Yo se las limpié con toda la ternura que fui capaz de expresar.

Me agarré a sus caderas y la ayudé a seguir un buen ritmo. Uxue subía y bajaba dando muestras de estar recibiendo bastante placer. Ella misma me cogió una mano y la colocó en una de sus tetas. Pellizqué suavemente uno de sus pezones, bastante más grandes que los de Uma. También sentía su sangre resbalar, mezclada con sus abundantes fluidos que lubricaban a la perfección.

Los gemidos de Uxue eran cada vez más sonoros y continuados, se me voy rápido de forma instintiva, sabía que estaba llegando al orgasmo. Justo en el momento de correrse, se agachó juntó sus labios con los míos. Era la primera que me besaba. Le devolví el beso y guie mi lengua hacia el interior de su boca. Le pilló por sorpresa, pero lo recibió con agrado. Cuando las dos se entrelazaron, llegó mi eyaculación.

A partir de esa noche, no hubo día que Uxue y yo no lo hiciéramos. La convencí de que era mejor hacerlo a primera hora de la mañana, para evitar que alguna noche se cruzara con su madre. Me acostaba con las dos, aunque en mi interior empezaban hacerse fuertes una serie de sentimientos que me pedían hacerlo solo con mi prima.

Tenía que encontrar la forma de decirle a mi tía que ya no quería follar más con ella. Ya solo me quedaba un año en esa casa, y lo quería pasar nada más que con Uxue, pero antes de centrarme únicamente en ella, me quedaba una misión ...