1. Mi sobrino me ayuda y acaba metido en mi cama


    Fecha: 25/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos

    ... siempre has tenido éxito entre los hombres.
    
    Ese no era el problema, me sentía apática.
    
    —Nadie llama mi atención ahora.
    
    Cansada del ejercicio matutino, después de comer dormí la siesta, algo no habitual en mí y me levanté totalmente descansada. Mientras preparaba un zumo en la batidora, me llamó Elena y me dijo que su hijo nos había citado en su despacho al día siguiente. Al final, la familia podía servir para algo.
    
    El despacho de mi sobrino era un lugar sobrio, unas oficinas compartidas con varios abogados, con estanterías llenas de libros de derecho que daban al espacio un aire de seriedad. Álvaro nos recibió con una sonrisa que manifestaba su alegría al ver a su madre, no sé si tanto a mí.
    
    —Qué sorpresa verte por aquí mami—la saludó, dándole dos besos
    
    —Ya que tú no vas verme, tengo que venir yo.
    
    —Hola tía, estás más joven…estás estupenda.
    
    —¡Tú sí que has cambiado! —reconocí sinceramente—. Ya todo un abogado.
    
    Nos dimos dos besos y me gustó el olor de la colonia que usaba. Alvarito, como siempre lo había llamado, era un chico alto, bien vestido, con una mirada directa y poco mayor que mi hijo, tenía 28 años.
    
    Se comportó como un profesional meticuloso, repreguntándome cuando no me explicaba bien. Se le notaba muy suelto y quedé encantada con su trato tan personal.
    
    —Déjame ver el expediente y te confirmo si los podemos desalojar. Mientras tanto, llama al banco para que te lo reserve unos días.
    
    Al terminar, le pregunté por los ...
    ... honorarios.
    
    —¡Qué dices! —respondió Elena—. Está encantado de echarte una mano.
    
    —Si tenemos éxito, ya te pasaré una minuta, simbólica.
    
    —Muchas gracias —dije encantada de su trato—. Al menos, me dejaréis que os invite a comer para agradecéroslo.
    
    —Yo no puedo, tengo asuntos que acabar —respondió Alvaro.
    
    —Déjate de tonterías, vamos a comer —dijo su madre, autoritaria.
    
    Aceptó sin excusas, porque cuando Elena se proponía algo, no había manera de detenerla. La conversación durante la comida fue fluida, recordando anécdotas de mi hermano.
    
    —Eras como una hija para él.
    
    Los diez años que me llevaba hicieron que desde niña fuera muy protector conmigo. Y Elena y Alvarito lo sabían bien y me dedicaron comentarios muy positivos y no pude evitar sentirme tremendamente halagada. Elena era el alma de la comida, llenando la conversación con humor y anécdotas. Álvaro, atento y amable, más comedido que su madre, con una forma tranquila de comportarse, seguramente sintiendo la barrera de tía - sobrino.
    
    Acabada la comida, Elena se levantó de la mesa.
    
    —Tengo cita con el odontólogo antes de irme de vacaciones. ¿Nos vemos esta noche en el club? —dijo dirigiéndose a mí.
    
    Cuando hice amago de marcharme con ella, Álvaro insistió en que me quedara para acabar algunos detalles del piso. Le confirmé que nos veríamos esa noche.
    
    —Hasta luego —me dijo a mí. Y dirigiéndose a su hijo, añadió—. Pórtate bien, aunque su marido sea un cabronazo, ella es nuestra familia.
    
    Álvaro, ya no tenía ...
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