1. Economista y muy prosti: Con dos diplomáticos (1)


    Fecha: 26/09/2025, Categorías: Confesiones Autor: Dessert3, Fuente: CuentoRelatos

    ... penetrada, y mirando ese panorama hermoso.
    
    Llegó el otro señor nos presentamos todos, ahí nos enteramos que son diplomáticos, y por suerte Tom y yo, dominamos tanto el inglés como el idioma nacional de ellos (que no es el inglés).
    
    Ciertamente les agradó que tenemos nuestras profesiones (Ingeniero y Economista). Hablamos de su país y del nuestro, de nuestras profesiones, de nuestra casa en el campo (les encantó ver fotos y les dijimos que, en el futuro, podrían ser nuestros invitados), ellos dijeron que hacen giras de inspección a su embajada cada 6 meses, a veces separados, pero casi siempre juntos.
    
    En cierto momento, yo, que estaba vestida muy normal y seria (pantalón negro, camisa y sweater, ya me había quitado el abrigo) dije que quisiera que me disculparan un momento. Me fui al baño y llevé mi bolso.
    
    Regresé de vestido solero muy amplio y corto, diciendo que por fin estaba a gusto, pues la calefacción del hotel era excesiva.
    
    Los señores (que llamaré simplemente A y B, pues no sé si volveré a verlos) y Tommy seguían conversando de todo un poco. Al volver yo con tacos altos y mi solero, abrieron los ojos, me miraron fijamente y no dijeron nada. Me senté casi de perfil a ellos, mostrando generosamente los muslos. Lentamente la conversación giró a como nosotros fuimos a su encuentro, dijeron que ya todo estaba solucionado con los intermediarios amigos entre sí. Conversamos acerca de la hermosa vista desde el gran ventanal, a esa hora ya era noche y brillaban ...
    ... las luces de la Rambla.
    
    Nuevamente me excusé y me ausenté. Menos de cinco minutos y estaba de retorno.
    
    Esta vez, mi querido vestido largo, negro, de cuello romano, sin soutien, obvio, y con escote bajísimo a la espalda dejando ver un buen trozo de culo. Lógicos stilettos negros. Rodeando la cintura, por debajo del vestido adelante una delgada cadena de oro, genuina, de la cual, a la altura de la raya entre las nalgas, colgaba otra cadenita de uno 10 cm de largo, rematada en un pequeño corazón. ¡Me había mirado el culo al espejo, y la verdad lucía maravilloso!
    
    Me acerqué a ellos, que ya me miraban desde que entré de nuevo a la habitación, quizás no muy impresionados por el panorama de frente. Pero frente a ellos giré y les di la espalda.
    
    ¡No les miento, oí “Wonderful”! Y les di tiempo de apreciarme. El tema de conversación viró hacia el tema de si habían recibido mis condiciones. Obviamente sí, y las aceptaban a pleno. Aun así quisieron asegurarse de que en la hipótesis de contratarme, obtendrían sexo al natural, en caso de hacerse los análisis completos. Les aseguré que sí y que me encanta (la pura verdad). Preguntaron también por la presencia de Tommy, y les aseguramos que no intervendría, incluso podría estar en otro ambiente, y que solamente estaría para darme apoyo moral por ser mi primera vez con dos hombres.
    
    Tocaba ponerme algo aún más osado. Cuando me preparé a irme, uno de ellos extendió su mano y acarició lentamente mi espalda (no el culo). En su idioma ...
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