1. Gay, Casos de la Vida Real


    Fecha: 26/09/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Jesus tsukishiro, Fuente: TodoRelatos

    ... verme bien, se sonrió conmigo y fue a comunicarles a sus compañeros de obra mi gesto de amabilidad; en cuestión de minutos comenzaron a acercarse secándose el sudor de la frente, saludando un poco apenados y yo los dejé entrar devolviéndoles ese saludo; eran once hombres, 2 hondureños, 2 colombianos, 1 venezolano, 3 mexicanos, 1 cubano, 1 costarricense y 1 un ecuatoriano.
    
    Nos presentamos y platicábamos de dónde éramos; rompiendo el hielo o mejor dicho la onda de calor; el joven con quién me dirigí primero es de Monterrey y pues entre sonrisas, miradas y charlas, les dijo a sus compañeros.
    
    – Ya es la hora de comer, vayamos y nos apuramos para refrescarnos en casa. – Con voz firme habló.
    
    Todos tomaron sus vasos vacíos y los colocaron sobre la mesa de la cocina; los miraba un tanto impacientes a todos; claro, mi vestuario no pasaba desapercibido.
    
    – ¿Y por qué no mejor comen aquí?, traigan su comida y les preparo más agua, se sientan un rato y ya luego se van a trabajar. – Astutamente les dije, sin dejar de ver a ese muchacho.
    
    – ¿Segura que nos daría permiso? – Me cuestionaba dudoso él.
    
    – Claro que sí, anden pues, vayan por sus almuerzos y aquí los estaré recibiendo. – Me sonreía con él.
    
    Sin embargo, podía ver las miradas de los demás; estaban muy emocionados e intranquilos de verme con este mi nuevo cuerpo tan sensual, mi ropa y sobretodo las posturas que hacía para llamar la atención; me estaba dejando llevar por mi inconsciente sexual, cómo una perra en ...
    ... celo.
    
    Y es que el calor ha sido infernal, no sé si esté entrando en la menopausia o qué sea, pero tenía unas ganas inmensas de coger con alguno de ellos; el simple olor de sudor, sus manos rasposas, sus anchas espaldas, brazos y el imaginar de nuevo tener una verga adentro mío, ¡vaya!, me hacía echar a volar la imaginación en lo que les preparaba las aguas; pero veía muy lejos esa posibilidad por cuestiones de que es una nula la probabilidad, hasta que regresaron ellos.
    
    – Con permiso Señora Santa. – Me dijo Ismael; el muchacho de Monterrey.
    
    – Adelante, pasen, pero no me digas señora, ni doña, sólo Santa, para ustedes Santa. – Les decía mientras me sonreía con ellos al verlos pasar.
    
    – Esta bien Santa, así le diremos ahora, ¿verdad muchachos? – Ismael les sonreía a los demás.
    
    Les estaba dando la confianza que necesitaban y también para que entendieran; sentados almorzaban y uno a uno les iba sirviendo el agua, mis manos tocaban sugestivamente las manos de cada uno esperando que entendieran; al servirles, uno de ellos llamado Iván; quién es de Zacatecas; me preguntaba.
    
    – ¿Y no desea comer Santa? – Tomando un sorbo de agua.
    
    – No, por el momento no. – Le respondí sonriendo.
    
    – ¿No querrá comer otra cosa? – Cristian el de Ecuador sonreía hablando en voz baja a su compañero de junto.
    
    – ¿Perdón, no escuché bien? – Preguntando fingiendo no haber oído bien.
    
    – Oye, más respeto para la dama. – Alfredo de Cuba, le decía serio.
    
    – Perdón, no dije nada. – Se ...