1. La novia de mi padre


    Fecha: 27/09/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Adulto38, Fuente: CuentoRelatos

    Desde que tengo memoria el inglés siempre se me hizo cuesta arriba, me costaba entender, hablar, pronunciar… era un idioma que simplemente no me entraba, hasta que apareció ella.
    
    Hace tres meses mi viejo, que trabaja como ejecutivo en una compañía de seguros, decidió traer a vivir a su nueva novia a casa. Una mujer de 46 años, alta, morocha, con cuerpo de gimnasio y una energía que llena todos los ambientes.
    
    Es maestra de inglés, a la mañana da clases en un liceo y por la tarde se queda en casa dando clases online, desde el escritorio que mi viejo le armó en el cuarto del fondo.
    
    Yo tengo 22 años, estudio arquitectura, y desde que ella llegó mi inglés mejoró notablemente… aunque el motivo de mi entusiasmo no era precisamente académico.
    
    Desde el primer día me pareció una mujer hermosa. Tenía esa mezcla de autoridad y ternura que me volvía loco. Buenas tetas, firmes, un culo tremendo, redondo y trabajado, y unas piernas largas que no dejaban nada a la imaginación cuando usaba calzas.
    
    Ella va al gimnasio tres veces por semana, y se nota en cada movimiento que hace.
    
    Al principio traté de mantener la distancia. Es la novia de mi padre, y por más calentura que me provocara, sabía que meterme ahí era jugar con fuego.
    
    Lo peor era cuando por la tarde se queda sola en casa, dando clases desde su escritorio. A veces pasaba por la cocina en ropas deportivas, calzas negras bien pegadas, musculosas sin corpiño, o esos tops que le dejaban al aire esa cintura ajustada y ...
    ... los pezones duros marcados.
    
    Me hablaba con naturalidad, como si no se diera cuenta de lo que provocaba. Pero yo sí lo notaba… y lo sentía, la pija se me ponía dura cada vez que me decía algo en ese inglés tan perfecto, con ese acento suyo tan particular, tan suave, tan sensual.
    
    Era como si cada palabra que salía de su boca tuviera un tono sexual aunque no lo quisiera. Y eso me enloquecía.
    
    Más de una vez me hice la paja pensando en ella, en su culo moviéndose mientras caminaba por el pasillo, en sus tetas rebotando sin corpiño mientras preparaba café. Y lo que más me calentaba, imaginármela susurrándome cosas sucias en inglés. Eran pensamientos prohibidos. Pero también eran inevitables.
    
    Hace unos días empecé a notar algo distinto en ella. Era como si sus ojos buscaran los míos con una intención diferente. No era la misma mirada amable y profesional de siempre. Ahora había algo más. Curiosidad… ¿tal vez?
    
    Haciendo memoria, creo que sé exactamente cuándo empezó a cambiar todo.
    
    Fue el lunes pasado. Esa tarde ella estaba vestida con una calza roja que le quedaba pintada al cuerpo. Le marcaba todo, absolutamente todo, y encima, sin remera larga que le tapara. Solo un top negro que le dejaba el ombligo y la espalda al aire.
    
    Luego de que me diera clases, se fue a la cocina, se quedó parada frente a la mesada preparando un té, y yo la vi justo por detrás.
    
    El olor a su piel, mezclado con el perfume suave que siempre usaba, me dejó embobado.
    
    No podía más, me fui ...
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