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Historias de Prado (8) Con su madre en casa
Fecha: 30/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Peter, Fuente: TodoRelatos
... semanas en las que salí de viaje de trabajo, llegué a Madrid y era la jornada para hacer la presentación oficial con la madre. Esos días fuera los tratamos de manejar de la mejor manera posible. Prado masturbándose con los juguetes nuevos que tenía, yo masturbándome cuando hablaba con ella mientras que ella jugaba consigo misma y subiendo el tono del lenguaje. Cuando llegué a la capital en el tren de alta velocidad, tomé un taxi directamente a su barrio y salió de su casa a recogerme. Cuando nos vimos observé que tenía una camisa que le marcaba las tetas a las que me agarré nada más besarla y tenerla a mi alcance. Se notaba bajo la tela un sujetador fino y sus pezones duros bajo el mismo. Hablamos un rato y llegó el momento de subir a su casa. El trayecto en el portal y en el ascensor fue más largo de lo debido pues nos apoyamos varias veces en la pared a comernos la boca y a tocar nuestro cuerpo por encima de la ropa. Yo agarraba su culo al besarla y ella frotaba mi verga por encima del pantalón. Con pleno calentón entramos en su casa. Dejé la maleta con la ropa y el ordenador de trabajo en la entrada y la madre vino a saludarme. Y digo saludarme porque parece que ignoraba a su hija. Después de los dos besos de rigor, la miré de arriba abajo. Era una mujer menuda, muy pequeña, muy delgada, con arrugas de vejez, y que no se me parecía a Prado, o al revés más bien, en ningún aspecto. Me fijé en sus tetas, y eran muy pequeñas donde se marcaba un pezón como dos ...
... botoncitos de pila pequeñas. No sabía qué hacía fijándome en las tetas de la vieja, de la madre de mi rubia, y procedí a echar un vistazo a la casa. Era una casa típica del Madrid antiguo, de techos altos y paredes llenas de años, cubierta de muebles, de mantelitos bordados, de fotos añejas. Parecía la típica casa de las series que he visto alguna vez en la televisión de hacía varias décadas, por la que no había pasado los años. Me fijé en una de las fotos que había en una repisa, junto a otras, donde salía Prado muy joven y estaba con una minifalda que le llegaba a medio muslo, una camisa negra desabotonada y su melena rubia suelta al puro estilo de los años ochenta. Era la primera vez que la veía así con falda, mini más bien, y me llamó la atención. Nunca la imaginé así y se lo hice saber. Ella me comentó que hacía muchos años que no se ponía una, y además me enumeró quiénes estaban en la foto. Además de ella, estaban un par de primos, su padre, su madre mucho más joven que ahora, aunque la reconocí a primera vista, y su tío. Su famoso tío. -Tráele a tu hombre algo para beber, que tendrá sed. – Dijo su madre sacándonos de nuestra conversación en torno a la foto. Prado se fue sin preguntarme o rechistar a la cocina a por algo para que yo bebiera. Conociéndome, abrió una lata de refresco y se dispuso a llenar un vaso con ella. -Ay que ver tu mujer, que no mira por ti y no te cuida. -Sí que lo hace – contradecía a la señora, no me apetecía seguir el juego.– Se ...