1. Historias de Prado (8) Con su madre en casa


    Fecha: 30/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Peter, Fuente: TodoRelatos

    ... he creído y creeré que la madre se fue de la habitación contigua al correrse la rubia.
    
    Prado se vistió. Ya era habitual que su sujetador estuviera manchado con mi semen después de vernos. Se puso la camisa y salió al baño a limpiarse cualquier resto que estuviera en su piel vista. Yo mientras me guardé el pene dentro de mi pantalón y vi como salía un poco más de líquido y se quedaba dentro de mi calzoncillo.
    
    Abrí la ventana para que la habitación ventilara. Olía a sexo. A nuestra reciente corrida. La habitación de Prado daba a un patio interior, enfrente tenía la ventana de su cocina y al lado de esta estaba otra ventana de algún vecino de rellano.
    
    Me asomé a la ventana un rato esperando a Prado, necesitaba asimilar las locuras en las que meto a mi compañera de puterío.
    
    Cuando Prado regresó me besó en la boca como si hiciera mucho que no nos viéramos. Era increíble cómo esta madura se adentraba en los juegos sin rechistar.
    
    Decidimos que podíamos salir a dar una vuelta y despejar un poco la cabeza y soltar la tensión que teníamos. Aunque ...
    ... con las corridas creo que la soltamos ya bastante. Era otro tipo de tensión.
    
    Nos acercamos a la puerta de la calle y la madre estaba en su habitación. Le comentamos que salíamos a dar una vuelta a tomar el aire y que volvíamos en un rato.
    
    La madre se acercó a despedirse de mí. Me volví a fijar en los pezones que marcaban su camiseta. Se acercó a darme dos besos y mi mano se posó en su costado, tocando con mi pulgar su pecho pequeño. No entendía que me pasaba con las tetas de esa vieja.
    
    -¿Se va a quedar a cenar con nosotras? – Me preguntó la madre.
    
    -No, Otro día. Hoy tengo que ir a casa a poner lavadoras y trabajar un poco. – Le dije como excusa.
    
    -Bueno, otro día será. Dile a tu … mujer… que venga pronto. – Me comentó como si su hija no estuviera delante.
    
    -Se lo diré, traeré a mi… mujer… pronto a casa, no se preocupe. – Contesté haciendo una mínima pausa como hizo ella.
    
    Creo que la vieja no era tan tonta como parecía. Y mientras le daba dos besos de despedida, el pulgar se acercó más adentro de su cuerpo, acariciando su teta ligeramente. 
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