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Historias de Prado (8) Con su madre en casa
Fecha: 30/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Peter, Fuente: TodoRelatos
... fondo, pero sí lo suficiente para que me diera placer con la suma del morbo de lo que estábamos haciendo en su casa, en su habitación, con la puerta abierta y la madre moviéndose en la habitación de al lado. Tenía ganas de forzarla más. De ir más allá en todos los sentidos. De dejarme llevar por los instintos y hacer que Prado se soltara a lo que fuera. A cualquier cosa que pasara. Aparté un momento a Prado y me levanté poniéndome de pie al lado de la cama. Cogí a Prado y la levanté hasta pegarla a mí. Nos morreamos y comencé a tocarle las tetas por encima de la camisa. Pasará el tiempo que pase, sus tetas siguen llamando a mis manos como imán a hierro. Sus pezones traspasaban la ropa y se marcaban bajo la palma de mis manos. Me acerqué a su oído y le susurré: -Quiero que sepas que tú marcas el límite. -¿Límite de qué? – me preguntó inocente. Sonriendo por la inocencia, la empujé por los hombros y la senté en la cama. Su cara estaba cerca de mi polla. Agarrándome el pene lo acerqué a su boca para que siguiera con la mamada. Fuera de la habitación no se escuchaba nada. No sabíamos dónde estaba la madre, si se había retirado o estaba al lado. A mí me daba ya lo mismo, solo quería descargar y acompañé el movimiento de la cabeza de la rubia con una de mis manos. Me contorsionaba un poco para poder tocarle un pecho mientras acompañaba la mamada. Le desabroché un botón de la camisa, el segundo y ya no llegaba bien al tercero sin que se sacara la polla de ...
... la boca. -Ábrete la camisa. Prado se sacó la polla de la boca, miró a la puerta y comenzó a desabrocharle los botones que faltaban. -Quítatela. Me miró a los ojos y volvió a mirar al hueco de la puerta, buscando signos de vida al otro lado de la habitación. -Recuerda lo que te he dicho. – Le comenté haciendo referencia a que ella tenía los límites y que podía parar en cualquier momento. Aunque por lo visto ella no me había entendido en esta ocasión. O sí y entró a tope en mi juego. -Sí. Soy tu puta. Y se deslizó la camisa hasta dejarla caer por su espalda. Le agarré las tetas por encima del sujetador. Jugué con mis dedos entrando por él para tocar y titilar sus pezones con la punta de mis dedos. Saqué un pezón por encima del sujetador dejándolo al aire. Si la madre se asomara por la puerta vería algo imposible de negar. Agarré a Prado por la cabeza y volví a dirigirla a mi polla. Engulló la polla hasta el fondo de su boca, todo lo más que podía y comenzó de nuevo a mamarme. Mientras lo hacía yo acariciaba su teta al aire. Sin bajar la voz, di un paso más allá. -Sigue. Pórtate como una buena zorra. Se sacó la polla de la boca y me miró a los ojos. Creo que ya los dos creíamos que una burbuja invisible nos protegía de cualquier cosa externa a nosotros. Prado se llevó las manos al cierre del sujetador y se lo quitó dejándolo encima de su camisa. Me situé al lado de Prado, dejé de estar delante de ella. Y la agarré por la nuca para guiarla de ...