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Cap. 22: De su hijo a su mujer (Roberto me enseña):
Fecha: 02/10/2025, Categorías: Gays Incesto Sexo con Maduras Autor: MachoLingerie, Fuente: SexoSinTabues30
... limpiado mi culito como sabía debía hacerlo, estaba listo para que Roberto pudiera hacerme suyo, tan solo pensar en eso me dio cosquillas en mis pequeñas bolitas, pero mi pene no se erecto. Deje las otras prendas de Mariana donde estaban originalmente, unas medias, otras tanguitas, y algo como una bata de tela negro transparente. Me subí tímido y me ubiqué donde él me indicó, me tomó por la cintura y luego pasó su mano por la polera negra de seda, la sensación de frescura de la tela y la calidez que emanaba de la mano de Roberto y que atravesaba la tela me hicieron estremecer. Me levante la polera y pude ver que quedó maravillado con la tanguita que traía puesta, el color negro resaltaba en mi piel y cubría mi colita y mi pequeño pene que por primera vez no se ponía duro, no sabía si era por la vergüenza, el nerviosismo, o tan solo porque el sentirme con un ropa de chica anulaba totalmente mi erección infantil. Me puse nervioso, era la primera vez que usaba algo de nena, nunca me había comportado como una, solo había gemido como una al tener a papá dentro de mí, había imaginado en mis sueños el ser una nena, pero nunca me había comportado como una. Todas mis actividades eran de chico, mis amigos, el fútbol, las carreras, las peleas, los videojuegos, nunca había pensado siquiera en cómo debía hacer o ser para comportarme como una chica. Me acordé de ella, era la modelo de moda de finales de los ochenta, me parecía una mujer hermosa, creo que para muchos hombres, ...
... había visto algunos desfiles de ella en la televisión y fotos en las revistas Cosas que compraba mi abuela y coleccionaba en su casa. Me puse de pie y fui al closet, esperé unos minutos e intenté salir lo más sexy posible para que Roberto me viera como Cindy Crawford y quisiera hacerme el amor, estaba deseándolo tremendamente. Miré su cara mientras caminaba en la punta de mis pies, simulando que traía tacones, llegué a la cama y me senté cruzando las piernas. Yo fui hasta el closet y al cabo de unos segundos salí intentando hacer lo que me había pedido, era difícil mantener el equilibrio en la punta de los pies, parar la cola y menear las caderas como una supermodelo. Roberto se incorporó y fue al closet a ver la ropa que había, no era mucha, pues no es que hubiera un cajón con cosas o algo por el estilo, solo un par de prendas en un lugar específico junto a las poleras de papá. Asumí que no las encontraba pues Roberto estaba tardando un poco en encontrarlas. No pude terminar de explicarle pues de pronto apareció Roberto saliendo del walking closet enfundado en las medias negras que claramente eran gigantes para mi, pero se adhieran perfecto a sus musculosas y casi lampiñas piernas, traía una tanga blanca cubría todo su pene y testículos. La polera blanca se la había doblado y había hecho un pequeño nudo haciendo parecer que era un peto como los que estaban de moda en esa época. Me miró, me sonrió, caminó en la punta de los pies tal como yo lo había hecho y se dirigió ...