Corrompiendo a mi hijo (Sugey)//cap 5 - Relatos Eróticos

Corrompiendo a mi hijo (Sugey)//cap 5

... si era verdad que yo me quedaría con ella esa noche en su casa, ella le dijera que sí. De cualquier modo, el marido de Elvira se la pasaba viajando, y no creí que Gerónimo, su unigénito, pudiera echarme de cabeza.

—Iré por ahí —le respondí nerviosa, rellenando el pastel de chocolate mientras Elvira me acosaba—, no seas tan chismosa.

—Serás guarra, Sugeyita, por fin decidiste ponerle los cuernos a tu marido otra vez, con lo mal que te trata, hasta fiesta voy hacer.

—Baja la voz —le pedí, temblando de miedo.

—Quita esa cara, mujer, que tener un amante no es tan malo como piensas.

—No es mi amante… es… sólo… no sé si funcionará…

Evidentemente no le podía decir a Elvira (ni siquiera a ella que era tan liberal) que la razón por la que había fingido ante mi marido que me quedaría con ella en su casa era porque tenía intención de hacerme pasar por puta en un motel de paso, y enseñarle a mi hijo a follar.

—Mira, Sugey, querida, yo no sé lo que te traerás entre manos, pero te aseguro… que si algo sale mal con ese semental con el que te verás esta noche… te presentaré a un machote que conocí hace poco y que está ansioso por concerté.

—¿A mí? —me extrañé, espolvoreándole azúcar glas a mi delicioso postre.

—Se llama Nacho, cariño, es viudo, pero está que te mueres…

—Shhhh…

—Ya, ya, está bien —se encogió de hombros la loca de mi amiga—. Bueno, Suge, mañana o el lunes me tienes que platicar cómo te fue… Cuenta con mi discreción. Disfruta esas tetas que ...

... tienes, querida, y cómete esa verga a culazos.

—¡Elvira! —volví a estremecerse ante lo que me decía.

Si supiera quién era ese hombre con el que me encontraría seguro se infarta. Afortunadamente después de eso se marchó. Natalia, por su parte, me prometió volver más tarde para la fiesta de mi hijo, la cual estaba contemplada para iniciar a las siete (sí, temprano).

—Lucy, creo que todo está listo. Iré a bañarme porque tengo que salir hacer unas compras que me faltaron.

—Sí, mamá.

Esas cosas “que me faltaron” eran nada menos que mi disfraz de látex de catwoman que encargué con anticipación a través de amazon, y que iba a recoger en el correo de la ciudad porque no quise que me llegara directamente a mi domicilio. La verdad es que estaba dudosa de si me iba a quedar. Tardé casi tres horas intentando elegir uno, y puesto que me había costado muy caro, esperaba que realmente me quedara la medida. No habría podido con la vergüenza de tener que ir a una tienda de disfraces o a una sexshop a comprar algo semejante.

—Oye mamá —me preguntó mi hija que tenía una faldita que le llegaba arriba de los muslos y unas coletas rubias que la hacían ver más pequeña de lo que en realidad era—, ¿sabes que esta noche tu hijo traerá a Alicia, su supuesta novia?

—¿Ah, sí? —pregunté apretando los dientes.

—Claro —contestó con una sonrisa malvada—, ya quiero ver la cara que pondrás cuando ella se aparezca con él agarrada de su mano.

Juro por Dios que casi se me dislocó la boca de ...