1. Un viaje de negocios


    Fecha: 07/10/2025, Categorías: Hetero Autor: Tita, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Roberto con quien es “al año” en lugar de “a la semana”, por razones de distancia.
    
    –¿Y cuántos son los de “la semana”?
    
    –Disculpa que no te lo diga, es un asunto muy íntimo, pero ha habido días en los que me he tenido que tirar a tres. Obviamente no juntos, no soy tan promiscua.
    
    –Eso hace un mínimo de tres amantes, además de Roberto, el esporádico –señaló y yo hice un mohín que le concedía la razón.
    
    –¿Aceptarías a otro esporádico en tu cama? –preguntó tomando mi mano, en franca alusión a su persona.
    
    –La verdad es que no –señalé, y en ese instante Edwin dejó de ejercer presión en mi mano, señal de que quería retirarla–, pero también existen los “eventuales” –precisé, apretándole ahora yo la mano para que no la quitara.
    
    –¡Púchicas! ¿Cuál es la diferencia? –preguntó confundido volviéndome a apretar la mano y sumando la otra a la caricia.
    
    –Al esporádico, lo amo, al igual que a los habituales, pero eventualmente veo a alguien que se me antoja para ese momento, o ando caliente… y, si se da, cogemos rico –dije esbozando la sonrisa más seductora posible.
    
    –¿Aceptarías que en estos días te calme esas ausencias que extrañas? –preguntó y me besó la mano.
    
    Sonreí y moví la cabeza como signo de aprobación. Acerqué mi cara a la suya para darnos un beso. Ya no terminamos el desayuno, pues nos fuimos directamente a mi cuarto donde, con gran maestría, pero tardándose todo el día, me apagó la ignición de la primera noche que en ese momento era un incendio de tanto ...
    ... calor acumulado en varios días y que mis pajas no habían podido controlar.
    
    Todos sus actos fueron muy delicados. Hasta los detalles más románticos los sentía como una caballerosidad para darme el sexo que yo requería y no se prestara a la traición a su amigo Roberto.
    
    Fue muy evidente su admiración al quitarme el sostén, así como su satisfacción al acariciarme y mamarme las tetas. También yo disfruté el paseo de su boca desparramando besos y lamidas por todo el cuerpo, el cual correspondí de la misma forma, hasta concluir en un 69 donde extraje su miel, la cual le compartí en un largo beso donde Edwin estaba sentado en flor de loto y yo sosegada en su regazo frente a él, cruzando mis piernas en la parte superior de sus nalgas; exactamente como lo había hecho varias veces con Vinicio, un maestro de yoga que también era una de mis parejas.
    
    A los quince minutos de estar en esa posición dándonos besos y caricias (obviamente mis mamas fueron las más visitadas), me preguntó sobre el método anticonceptivo que yo usaba.
    
    –El DIU, desde el nacimiento de mi última cría –contesté y el esbozó una sonrisa de agrado.
    
    –Ahora veré qué es, además de tu belleza, lo que les gusta de ti a tus amantes –expresó acostándome en la cama.
    
    Me abrió las piernas, lamió una vez más mi vagina, pero en esta ocasión metió la lengua lo más que pudo, acompañada de un dedo. Continuó un minuto más con las lamidas para que, al mismo tiempo metiera en el ano el dedo mojado de flujo con el que acompañó ...