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El niño más gordo del campamento II.
Fecha: 09/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: GordMadrid, Fuente: SexoSinTabues30
... labios estaban manchados por que la cantidad de lefa le había sobrepasado un poco. -¿Y dices que es gracias a este chico tan serio que me la acabe de comer un niño? El alcalde le preguntaba a mi jefe mientras me apuntaba con su dedo ¿Qué acababa de decir? -Sí. La gran profesionalidad de Antonio y su empeño por proteger a cada niño del campamento hizo que me enterara de como Jaime es el mejor niño que ha venido al campamento. Me quedé helado, pero tenían razón, si hubiera dejado que Damián y Fede se follaran la boca del niño después de la comida la cosa no hubiera ido a más. Tomé un gran trago de agua sin acordarme de que el director había añadido droga. Mi calentura era máxima y, como la primera vez que disfrute de ese niño obeso y mamón, acepté todo lo que estaba pasando. Decidí entrar en el juego, sabiendo que Jaime lo iba a disfrutar. -No podía quedarse el niño más querido del pueblo sin todo nuestro amor. La mirada de mi jefe me sorprendió, estaba tenso mirándome hasta que hablé, me sonrió con franqueza y amistad. Había entrado en la manada de pervertidos. -¡Muy bien dicho! ¡Muy bien dicho! Los gordos nos merecemos el amor de todo el mundo. – El alcalde acarició el pelo del niño.- Hijo, ¿Quieres comerle la polla a Antonio? Debes darles las gracias y quererle mucho por que gracias a él hasta el alcalde te da premios. Jaime me miró con su sonrisa de siempre. La perversión a su alrededor no le había afectado como yo me estaba imaginando. Su cara tenía lefa seca y sus labios ...
... estaban algo rojos de tanto usarlos. -Sí, Antonio al principio se enfadó mucho con el concurso, pero me dijeron Fede y Dami que era porque es nuevo. No le conocía de otros años pero me cuida mucho y siempre está conmigo. Se acercó a mí y el sólo me bajo la bragueta de mis vaqueros. Metió su mano con dificultad y se cólo por debajo de mis calzoncillos. Su dedos eran gordos y pequeños por que la grasa de su mano les comía terreno. Yo me eché en el respaldo del sofá. El obeso mariconcito estaba relamiendose los labios mientras buscaba mi polla. Sus dedos agarraron la goma de mis calzoncillos y su mano encontró por fin lo que buscaba. Me la sacó haciéndome daño, pero no dije nada, no quería romper el hechizo. El crio miraba mi polla como enamorado. Siempre había escuchado que los gordos que les gustan los hombres comen polla con la desesperación de saber que puede ser la última vez, que se esfuerzan por agradar y que puedan volver a comérsela a alguien. Ahora yo digo que es una habilidad innata que tienen los putitos gordos y que hay que entrenarla lo antes posible. -Vamos, hijo, disfruta de tu premio. Con las palabras del Alcalde Jaime cerró los ojos y se metió todo mi glande de un golpe. El placer me golpeó de forma vertiginosa. Como había creido, algo había cambiado en ese niño de seis años y ahora su forma de empezar a tantear las pollas que se comía era voraz. Su succión parecía desesperada y me ahorcaba la polla. Parecçia que me la fuera a arrancar con todas esas ganas de ...