1. El niño más gordo del campamento II.


    Fecha: 09/10/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Fetichismo Autor: GordMadrid, Fuente: SexoSinTabues30

    ... se tiró al suelo al lado de su enorme y pequeño amante. Los dos pervertidos se pusieron a comerle un pezón cada uno, las lenguas iban recorriendo cada vez más distancia en esas enormes tetas. El alcalde, con cara de triunfo, sacaba la lengua para lamer el sudor que se formaba entre la teta y el michelín sobre el que descansaba, sorbiendo la esencia de ese niño que se dejaba llevar siendo el plato principal de un grupo de degenerados. Sergio era más delicado pero estaba totalmente deshinibido con el alcohol y la droga. Abría su boca todo lo que podía encantado de no abarcar toda la teta del niño. -Quítate la ropa, Antonio. Quien me hablaba era el director, que estaba desnudo ya, en el mismo sofá donde el alcalde lamía como un perro al niño. El alcalde le agarraba de la teta y de los michelines, disfrutando de como la grasa se colaba entre sus dedos. La suave piel del niño contrastaba con la de sus dedos callosos pero a Jaime no le importaba por que estaba gimiendo, acariciando a su querido Sergio. -Hijo, aquí viene tu premio, no puedo contenerlo más. El alcalde se puso de pie agarrándose la polla. Antes de poder metérsela al crió que la tenía ya abierta en cuanto escuchó la palabra premio, una gran chorro de semen salió disparado de la polla del alcalde llenando la cara de Jaime, luego la polla desapareció entre sus labios. Jaime estaba muy ansioso y se la metió por completo en la boca, recibiendo el resto de la corrida en la garganta, como le gustaba. Estuvo tragando un buen ...
    ... rato, mientras la polla del señor gordo se tensaba y se relajaba, soltando un corrida que debía ser la más abundante que el niño se había tragado nunca. Sergio no parecía tener escrúpulos en que un viejo y gordo estuviera teniendo un orgasmo a 20 centímetros de su cara porque continuaba comiéndole las tetas al niño. Ya le brillaba de toda la saliva que su monitor le estaba dejando. El Señor Montalbán gemía como el cerdo que era. Su corrida iba acorde a lo que pensaba de él. Sujetaba la cabeza del niño que no se resistía ni apartaba. Teniendo su cara hundida debajo de la tripa peluda del señor. Con dos espasmos de cadera fuertes terminó de correrse, y como siempre el niño más gordo del campamento no se apartó, necesitaba rebañar todo y con semejante orgasmo debía tener aún mucha leche que tragar. Ese niño había tragado corridas de hombres durante los últimos veranos. Era el motivo de su felicidad y se había tragado corridas mías tan abundantes que yo mismo me preguntaba que clase de magia habitaba en la boca de ese crío, pero sentía que con esa leche que se estaba tragando como cualquier otra que le ofrecían el mariconcito se había manchado del vicio y de la perversión. -Pero hijo mío, ¿Qué me estás haciendo? El Alcalde no aguantaba tanto placer recibiendo esa mamada que él había dado por terminada pero el niño no. Mientras su polla perdía la erección, era succionada y lamida con gran placer por el pequeño obeso que no dejaba de tragar los restos de semen que encontraba. Sus ...
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