1. Una madrastra insaciable (17)


    Fecha: 14/10/2025, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 17
    
    Me despierto medio de golpe. Me siento muy cansada, como si hubiera corrido una maratón. Aunque, de alguna manera, lo de anoche fue una maratón. Hay un silencio espeso, como esos que quedan después de una tormenta. Me quedo unos segundos quieta, sin mover un dedo. Estoy desnuda. No me molesté en ponerme nada anoche. Después de darme una última ducha, me tiré en la cama y me dormí al instante.
    
    Respiro profundo. Siento que el cuerpo me duele. Sobre todo el ano. Aunque el dolor no es nada en comparación a lo que sentía anoche. Hasta tuve miedo de tener una fisura.
    
    Julián se había vuelto loco. Me había metido la verga hasta el fondo. Me quedé ahí, tirada boca abajo, con su semen adentro mío. Después de unos minutos, Matías me habló.
    
    —¿Estás bien? —me había preguntado.
    
    Yo solo lo miré, como dejándole en claro lo tonta que era su pregunta. Claro que no estaba bien. Me estaba cogiendo a mis dos hijastros y uno de ellos me acababa de lastimar mientras me poseía por detrás.
    
    Pero no podía esperar un gesto de protección de parte de él, obvio. Un rato después me arrimó la verga a la boca. Yo no lo podía creer, pero lo creía. La verga no se había ablandado en ningún momento. Tenía un raspón que yo le había dejado con los dientes, pero nada grave. Me dijo algo que ni escuché. Separé los labios, resignada, y empecé a chupársela mientras él me acariciaba la cabeza y me recordaba lo puta que era. Después de eso, por fin pude descansar. Al menos mi cuerpo lo ...
    ... hizo, porque mi mente estaba muy agotada.
    
    La cama está revuelta, pero estoy sola. Me giro para mirar por la ventana. Levanto un poco la persiana. Está nublado, pero no llueve.
    
    Pienso en mi marido, aún en la cárcel. Miro el celular. No me dejó ningún mensaje. De todas formas le escribo. Es lo que haría cualquier buena esposa. “Sé que no querés hablar de tu estadía en ese lugar. Pero también sé que tenés los recursos para que sea lo menos dolorosa posible, y eso me alivia un poco. Acá está todo bien. Solo que te extraño mucho”, le escribo.
    
    Espero un rato, a ver si me responde, pero ni siquiera me deja en visto. De todas formas, me alegro. No quiero tener una conversación con él justo ahora, cuando todavía siento en mi cuerpo las secuelas de todo lo que hice con sus hijos.
    
    Me parece que ese matrimonio se terminó hace rato, pero recién ahora se siente como si alguien hubiera firmado el acta de defunción. Lo que pasó anoche fue… no sé. Demasiado. Si había algo peor que traicionar a mi marido con mis dos hijastros, era hacerlo con ambos al mismo tiempo. Convertida en una mera esclava para su placer. Mi adicción al sexo me había llevado por caminos retorcidos, pero esto marca un nuevo nivel de perversión.
    
    Me levanto. Voy al baño, me lavo la cara. El agua está fría y me despierta un poco más. Me miro al espejo. Tengo el pelo todo revuelto. En el cuello tengo algunas marcas de los chupones que me dieron, pero por suerte apenas se ven, y en unas horas más van a desaparecer. ...
«1234...9»